viernes, 17 de julio de 2020

Más allá de las cartas: Capítulo 32



La llegada de Totó a la casa, fue una ayuda para ambos. El animal revivió a esas ultimas semanas que no fueron precisamente buenas para los dos. Aquella noche por eso, al llegar a su nuevo hogar Totó, se adueño del salón, no tardó en levantar la patita, para orinar en la primera esquina que se encontró en su camino. Problemas tuvieron para controlarle. Así que a la mañana siguiente fueron a comprar todo lo necesario para el recién llegado, Tras de tantos bostezos por pasar una noche a ladridos por Totó. Aaron lo llevaban en brazos, por miedo a que se escapara a la carretera y este intentaba escapar por todos los medios, mordisqueando, besando las caras e manos de sus propietarios. Fue un rato bien entretenido, para ambos no tuvieron tiempo de aburrirse ni distraerse, era como estar pendiente de un niño pequeño.

Totó era lo que Vanesa y Aaron necesitaban para olvidar ese mal triangulo poco a poco lo hicieron una rutina, al mismo tiempo que acostumbraban al animal a la nueva vida. Le sacaban a las 8.45. Cuando sus propietarios iban al banco, después a la parada. Totó acompañado de Aaron, volvían a casa, y antes, a veces daban una vuelta, enseñándole nuevos juegos y órdenes como: dame la patita. 13.00 Volvían a casa los tres, a veces salían a pasear por las tardes, otras… sacaban a Totó al ir en busca de los cupones. Para Aaron y Vanesa era como tener el hijo que no tenían, que no sabían sí lograrían tener, pero algo les decía que no, los médicos ya avisaron <<ha tenido el primer ataqué, iros preparando, se acerca el fin>> <<se acerca el fin>> esas palabras retumbaban en la cabeza de ambos, por eso mismo, fueron a por Totó, para alegrar, para vivir lo que les quedaba, sin preocuparse, sin sufrir por nada. Lo fatigoso era los domingos y lunes, días de no madrugón, tenían que hacerlo, porque las necesidades de la mascota no esperaban.

Un lunes por sorpresa, comenzó a nevar, era algo que ha Vanesa y Aaron les sorprendió e llenó de alegría, sobre todo a ella, pese, de haber visto nevar en Andorra, era algo novedoso ver con este temporal en la costa. Los rayos y truenos empezaron a destacar, no era agua sino nieve lo que estaba cayendo. El pobre Totó no dejaba de alterarse, sobresaltado, corriendo de un lado a otro, con su cola baja. La luz, empezó a dar señal de fallida, asustando a un más al animal, con su cola baja. Acabo marchando de todo y ellos con todo eléctrico. Los siguientes días fueron criminales, todo cubierto de nieve, todo cubierto de hielo, sin luz, todos los comercios cerrados, solo había una panadería abierta, que se forraron en ese día de la cola tan grande que se formaba, incluso los periódicos hicieron acto de presencia. Poco a poco las cosas volvieron a su cauce, a la normalidad. Fueron días difíciles para Aaron y Vanesa, con la ida y vuelta de la luz, se arruinaron, gastando más dinero de lo habitual.

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21 de Marzo del 2012
Querido diario…
Hoy explicaré del día de ayer, porque ayer lleguemos tan tarde a casa, que llegó el día de hoy… Estábamos decididos a salir, hacer algo nuevo, distinto. Se proyectaba en el cine Milenium 3 –la reina de las corrientes de aire. Era consciente, que aun me faltaba para acabar el libro, pero necesitábamos salir, distraernos, cambiar de aires, nunca mejor dicho, porque no la transmitían en Palamós, tuvimos que ir a un pueblo cercano.
16.00: Cogimos la sarfa. Habíamos dejado a Totó, con unos vecinos que también tenían un perro, les encantaba la idea de cuidarlo, ya fuera ese día o al siguiente.
16.14: Paseemos un poco.
17.20: Entremos en los OSCARS, observemos todo, y acabemos en la cafetería, tomando unos batidos.
18.00: Entremos en el Bauhaus a echar un vistazo a todo lo de deporte que se vendía.
18.36: Entremos a un lid’l para hacer tiempo.
19.00: Ya entremos en la sala de Lisbeth Salander. Ahora venía mi sesión de deporte, subir los escalones, hasta la filera exacta, la ocho. Acabe hecha polvo, por culpa de mis estancados pies. Pero gracias a Aaron y alguna persona, que iba a ser espectador, nos ayudó, logré sentarme, ver la película.
22.25: cogíamos la Sarfa para volver a Palamós.
22.40: Entremos en el Bar la Parrilla. Nunca habíamos entrado, ya que vamos de aventura que fuera hasta el final. El local estaba lleno de jóvenes, y para qué negarlo, también de humo, pero era diferente, era guay, gente joven, con música fuerte…
24.18: Entremos en un pub, apenas había ambiente. Solo tres mujeres bailando como locas, pero era perfecto para nosotros, nos pedimos unas coca –colas y nos sentemos, en unos sofares, a tomarlas con calma, mientras bailábamos. Por una vez, no me sentí como un pato mareado. Me sentía cómoda y bien, no una extraña en una discoteca. Poco bailé, pero no me arrepentí. Al contrario.
04.00: Volvimos a casa.


                                                                                                                                                  
31 de Marzo del 2012
Querido diario…
Hoy ha sido un día de no parar, pero al mismo tiempo bonito y novedoso,
Nuria la tía de Vanesa ha venido a pasar unos días con su familia. Nosotros la invitemos a comer. Me pasé la mañana limpiando, y preparando todo para que los mellizos no corrieran peligro ni destrozaran nada importante. También le explique a Totó, por el temor, que fueran a por él. Le dije que tenía que ser fuerte, y aguantar como un buen perro.
13.15: Vanesa llegó de trabajar, al mismo tiempo que Neus aparcó el coche con sus tres hijos. Los dos pequeños en su carrito, la mayor a pie. Los mellizos no tardaron en echar a correr, e ir a lo prohibido. Uno de ellos estaba tranquilo de pie, cogido a la mesa. El travieso era el otro, abriendo y cerrando puertas del mueble que teníamos en el salón, apagando y encendiendo, el TDT y la televisión. Se peleaba con su hermano por querer los mismos juguetes, las mismas cosas. Totó se resguardaba con Vanesa y conmigo, sobresaltado, por esos dos monstruitos
14.00: La comida ya estaba preparada, puré de patatas, con amburguesas, los mellizos se negaron a comer, más que cuatro cucharadas mal dadas. Mar lo mezclo con tómate y después se negó a comer.
14.30: Tras cambiarles el pañal, los más pequeños, se durmieron. Mar estuvo jugando a los juguetes que trajeron.
16.00: Se acabó la tranquilidad… los mellizos ya tenían los ojos abiertos, Neus, les dio un yogurt de plátano para merendar. Uno para los dos. Vuelta al cambio de pañal.
16.28: Neus y la mayor se fueron a la ludoteca, a ver las antiguas profesoras de la peque. Nosotros nos quedemos con los mellizos, haciendo las mil y una payasadas, para entretenerles, que no echaran en falta a su madre.
17.30: Ya nos volvimos a quedar en soledad Vanesa y yo ¡ah! ¡Y Totó!.



                                                                                                                                                                   


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