lunes, 13 de julio de 2020

Desaparecida en la oscuridad: Capítulo catorce



El teléfono del agente Burton fue colgado, con una expresión de disgusto e decepción en su rostro, estaba en su hora de descanso, el que se encontraba en una acera de la calle. No tardo en volverlo a tenerlo entre sus manos, marcando otro número, poniéndose de acuerdo con su receptor. Se dirigió a su coche, entrando en este, conduciendo con precaución, hacía camisería. Al entrar a la oficina un compañero le avisó, que le esperaban, este con agradecimiento, entro en su despacho, en el que en los sillines de fuera, se encontraba el esperado.
  • Hola señor Parcker gracias por venir –le saludo el agente Burton, dispuesto a estrecharle la mano.
  • ¿Para que cojones me ha citado? –preguntó de muy malas formas Matt.
  • Pase y siéntese por favor, ¿no ha venido su mujer? –preguntó Timmy, preparando café.
  • No ¿por qué? ¿acaso importa? –pregunto Matt mal humorado –le dolía la cabeza, no se encontraba bien, cosas de mujeres.
  • Hubiese ido bien que viniera, pero si no se encuentra bien otro día será ¿le apetece café? –le invitó el policía.
  • ¿Para que cojones me ha citado? –repitió con muy mala cara Matt. Timmy, se hecho una taza de café para él, cogió el vaso sentándose en la silla enfrente de Matt. Abrió su libreta, apuntando algo en ella. Suspiró profundamente
  • bien, veo que tiene prisa, yo tengo cosas hacer, así que iré al grano ¿Dónde estuvo el dieciséis de julio?
  • ¿Dieciséis de julio dice…? –preguntó calmando su cólera, por unos segundos –es el día que murió…. ¿¿Qué esta insinuando cabronazo de mierda?? –gritó levantándose de su asiento con tanta fuerza, que esta cayo al suelo. Dos agentes entraron en la sala. Timmy Burton les indicó que todo estaba bien, que no se preocuparan, la puerta se volvió a cerrar, con los dos personajes dentro.
  • Tranquilícese Parcker sabe muy bien, que aquí tiene todas las de perder –le recordó Timmy –yo no estoy insinuando nada, su hija ha sido asesinada, yo solo quiero encontrar el culpable, para eso tengo que interrogar a todos –le explicó con total tranquilidad.
  • ¿¿A todos dice?? ¿¿también ha interrogado a mi ex?? ¿¿Eh?? –le preguntó a gritó limpio, con una mirada bien sádica.
  • No a ella no… pero si es necesario también lo haré…
  • Y por que me tiene que interrogar a mi primero ¿¿eh?? ¿¿acaso no pasa más tiempo con ella??
  • Por eso mismo señor Parcker, la dejo para el final, no olvide que usted ha maltratado a su mujer, tiene un carácter muy violento, amenazó a su mujer ¿recuerda? Cualquiera le interrogaría a usted para empezar –le explicó.
  • ¡¡Yo no he matado a mi hija, a ver si se entera imbécil!!
  • Pues si no la ha matado, ¿por qué no colabora? –le preguntó alzando la voz, también alzó su cuerpo, dando un fuerte golpe en el escritorio con ambas manos. Matt, ya no protestó más, se sentó en su asiento muy lentamente, sin quitar la vista a quien tenía en frente –repito ¿Dónde estuvo el dieciséis de julio sobre las ocho y media de la noche?
  • En mi casa –contestó con asperad Matt.
  • ¿Qué estaba haciendo sobre esa hora? –preguntó el agente.
  • ¿¿Como quiere que me acuerde?? ¡¡no soy un ordenador!!
  • Pues por su propio bien, ya puede hacer memoria –le recordó Timmy, recostándose en su asiento, esperando una respuesta rápida.
  • Estaba en el casino, con unos amigos –dijo de mala gana.
  • ¿Hay testimonios? –preguntó Timmy, sin apartar la vista del papel en el que algo apuntaba.
  • ¿¿Esta sordo o que?? ¡he dicho que estaba con unos amigos! –alzó la voz Matt.
  • ¿Podría darme el número de teléfono de alguno de ellos? Para confirmar la cuartada –preguntó Timmy.
  • Me esta tratando de mentiroso ¿¿eh?? –se levantó de la silla de un solo gesto.
  • Todos pueden inventarse cualquier cosa, para salir ilesos de sus responsabilidades, así que no se haga mas la victima, y déme algún numero de teléfono, si quiere salir de aquí –le dijo claramente. Matt se mordió la lengua, por no contestar, ya que tenía mucho que perder, y le entrego apuntado, el número de teléfono de uno de sus mejores amigos.
  • Ah una cosa más antes de irse señor Parcker, ¿le suena este rifle?
  • ¿¿Pero usted de que va?? ¡ya me lo pregunto cuándo encontremos el cadáver le dije claro que no! –alzaba cada vez más la voz. Varios guardias entraron a socorrerle. Burton les hizo un gesto que estaba todo bajo control.
  • Ese día todo estaba demasiado espeso es por eso que quise volverle a preguntar, es una pregunta clave, para un principal sospechoso, ya nada mas, estaremos en contacto –a continuación le invitó a salir de su despacho.

El timbre de la puerta de la masía de los Crochet, sonó. Los mas ancianos de la casa estaban viendo aquel televisor con imagen en blanco y negro, acurrucados unos al lado del otro, muy cariñosamente. Samanta se encontraba en su habitación. Sus padres ignoraban sus acciones. La anciana se puso en pie, atendiendo a la puerta.

  • Sam, el agente Burton está aquí –avisó a su hija.
  • Hola agente Burton ¿Cómo va todo? –saludo Samanta, estrechándole la mano – ¿tiene alguna novedad?
  • La verdad es que sí, es por eso que estoy aquí –respondió el agente. Los padres de esa madre, se aproximaron a su alrededor ansiosos, por los avances –la sangre del profesor Thomas era realmente de él no corresponde para nada ni tiene nada que ver con la de Ruth, le han hecho unas pruebas, para saber su origen y era de un jabalí tal como él había expuesto, así queda descartado como sospechoso, ya que no hay ninguna tentativa que le incumba de la muerte de Ruth.
  • ¿Y esos dos chicos de que nos hablaron Hillary y Dan? El que le dieron la paliza aquel ecuatoriano, y después les persiguieron… -preguntó Samanta.
  • También tiene cuartada, se fueron con un tal CJ a sus casas –explicó Timmy.
  • ¡Pero puede que estén mintiendo! –gritó la abuela.
  • Yo también lo pensé, por eso telefonee, a ese chico, en el que me lo confirmó parecía como si le hubiese interrumpido de su sueño en el me lo corroboro, así que estoy casi seguro, que no hablo con nadie, que le informara de la situación.
  • ¿Entonces? ¿qué avances han hecho? –preguntó la anciana un tanto petrificada.
  • Pues me temo que ninguno –dijo con lamentación –también e interrogado a Matt.
  • ¿A Matt? ¿mi ex? –preguntó sorprendida Samanta.
  • Sí, no olvide los maltratos que la solidificaba, aparte de la amenaza, cualquier abogado pondría como el primer sospechoso de la lista –explicó Timmy.
  • Cierto, cierto –dijo la madre de Samanta, sin dejar de afirmar con la cabeza.
  • También tiene una cuartada, estuvo en el casino con unos amigos.
  • ¡Ese si que miente! –gritó la madre de Samanta. Su marido y su hija se la quedaron mirando sorprendidos –no se dan cuenta todo lo que le ha hecho a mi hija, como la amenazó, ¡ni siquiera en el entierro hecho una lágrima!
  • He llamado a ese amigo, confirma que estuvo con él en el casino, con unos cuantos mas.
  • ¡Por dios! ¿que quiere que diga si es el amigo de ese impresentable? –protestó la abuela.
  • Tiene razón por ese motivo, fui al casino, hablar, con los trabajadores de allí.
  • ¿¿¿Y??? –se impacientaba la mujer.
  • Que va a menudo a ese casino, con un grupo de amigos, que no lo recuerdan pero que es muy probable, que si que estuviera porque era martes, y todos los martes va a jugar en compañía.
  • ¡¡Anda ya!! –protesto la abuela,
  • Es cierto –intervino Samanta –cuando estábamos juntos también lo hacía, yo ansiaba que llegara ese día y esa hora para reponerme de sus palizas.
  • ¡Oh cariño! –le abrazó fuertemente su madre.
  • ¿Me disculpan por favor? Tengo cosas hacer –dijo Samanta, decidida a subir a la planta de arriba.
  • Sam, ¿qué estas haciendo que te esta llevando todo el día? –se interesó su padre.
  • Estoy haciendo las maletas.
  • ¿Las maletas dices? –se sobresaltó su madre con los ojos como búhos.
  • Sí, estado buscando un piso, y e encontrado uno de alquiler a media hora de aquí –explicó Samanta.
  • ¿Se va a vivir, a un piso de alquiler? –se sorprendió el agente.
  • No puedes hacer eso hija, no puedes irte tal como están las cosas, tendrás una recaída de tu depresión y lo mas grave, el asesino esta suelto puede ir a por ti –le explicó el padre de la joven.
  • Por eso mismo e de marchar, ya os e puesto en suficiente peligro.
  • ¡Eres tu quien estas en peligro, no nosotros! –exclamó su padre.
  • Por ese mismo motivo me tengo que ir, no quiero poneros a vosotros también.
  • ¡No te vayas por favor! –le suplicó su madre.
  • Sus padres tienen razón es peligroso que este sola, quien aya matado a Ruth, puede ir a por usted –intentó hacerle ver el agente.
  • No estaré sola, se vendrá una temporada Ceily una muy buena amiga conmigo, ahora esta en el caribe de vacaciones con su esposo, pero en unos días vuelven, su marido, tendrá que volver a marchar, por viaje de negocios, y ella vivirá conmigo.
  • ¿Esta segura de que es lo que quiere hacer?
  • Plenamente –respondió Samanta convencida.

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