miércoles, 15 de julio de 2020

Más allá de las cartas: Capítulo 16




Aroa encontró aparcamiento cerca de la entrada del hospital. Casualmente la habían encontrado justo antes que partiera a trabajar, informándole que su hijo se había desmayado, habían telefoneado a una ambulancia, en el que le habían trasladado, al hospital más cercano. Apenas se habían despedido, que ella había colgado el auricular, sin tardar en poner en marcha su coche, comenzando andar, lo más deprisa que se lo permitían, ya no por las señales de velocidad, sino por el gran atasco que se encontró. Faltaba dos días para noche buena, la salida de los colegios de la tarde, formaban esa cola, esa tardanza a que llegara, junto a quien más quería. Pero al fin lo hizo, no tardo en entrar dentro.

Sentada en la sala de espera, Aroa se sentía angustiada y sin fuerzas de nada, llevaba rato, nadie le mencionaba palabra. Acababa de despedirse, del encargado, y dos compañeros más de Aaron. Se sentían tan angustiados, como ella, pero tenían que volver al trabajo, así que cuando llegó Aroa, le explicaron tal y como fue todo, se quedaron allí, hasta que vieron, que ya no podían hacer mas, volviendo al trabajo abandonado. En cuanto entró Aroa fue directa a esa recepcionista, de mediana edad, muy simpática sí, pero que no le dio ni una pista del estado de su hijo, su única frase cuando pregunto fue: Ahora saldrá el doctor Bayron le informará de su estado la segunda respuesta a la siguiente pregunta fue: yo no puedo informarle de nada, ya le digo que ahora saldrá el doctor a informarle en menos que se diera cuenta, se encontraba nuevamente en esas sillas, en la misma posición, que tiempo atrás, que ella, ya estaba convencida que no volverían, ¿entonces? ¿Por qué su hijo se encontraba de urgencias en ese mismo hospital? Muchas preguntas le estaba apoderando la mente, nadie, se las contestaba, por más que cuestionaba, ninguna respuesta llegaba a sus oídos. Sin aviso pudo contemplar, como el doctor Bayron, el médico que estuvo junto a ellos, desde el primer ingreso de Aaron, nombraba su nombre.
  • Doctor Bayron ¿Cómo está Aaron? ¿Qué le ocurre? ¿por qué se ha desmayado? Él ya está recuperado, le operaron en Alemania ¿no puede ser eso verdad?
  • Siéntese por favor –le pidió el médico, aposentándose junto a ella –vera… si estoy informado de que viajaron a Alemania para operar a Aaron, también estoy al corriente que según sus estadísticas Aaron ya estaba recuperado…
  • Un momento a dicho según las estadísticas… ¿Qué quiere decir con eso? Mi hijo ya está recuperado ¿verdad? ¡le operaron para eso!
  • Tiene razón pero… la realidad es otra –le dijo, observándola cada vez más, inquieta, cada vez entendía menos –vera… es penoso decirlo, puede denunciar al hospital por ello, pero los médicos de Alemania tenían una idea distinta a la que realmente es… ustedes sabían que si se operaba, la enfermedad desaparecía pero quedaría como un vegetal, ¿no le extraña que su hijo, pueda seguir una vida normal?
  • Bueno… no… los médicos de allí nos dieron un porcentaje contrario a los médicos de aquí –explico Aroa, que no entendía hasta donde quería llegar el médico. Su oyente respiro profundamente.
  • Ya le digo que puede denunciar al hospital…
  • ¿Denunciarlo? ¿Por qué? ¿Dónde está Aaron? ¿Qué le ha pasado? No estará… ¿verdad? –preguntaba cada vez mas nerviosa.
  • Tranquilícese señora, no es lo que piensa, su hijo está vivo, pero habido una equivocación de operación, déjeme que me explique por favor, porque lo que le tengo que decir no es fácil –volvió a lanzar otro profundo suspiro –vera… Tal como yo le dije, la enfermedad de su hijo desaparecería pero a cambio se quedaría como un vegetal, para el resto de sus días… ¿entonces? ¿Qué ha pasado? Hubo una confusión de historiales, apenas se fijaron en el nombre del paciente, su caso, era distinto al de Aaron, el solo necesitaba esa operación, para vencer a la enfermedad, pero su hijo, necesitaba otra más arriesgada, tal como yo les indiqué, no había riesgo de muerte, pero si un porcentaje muy alto de quedarse en una cama, en cambio esa operación, era a la inversa, ese chico necesitaba una operación menos arriesgada, que había un porcentaje alto, que todo saliera bien.
  • ¿Entonces? ¿Cómo esta mi hijo? ¿Qué va a pasar con él?
  • Su hijo está en cuidado intensivos, esta inconsciente, tenemos que estar pendiente a él las siguientes horas son cruciales. Soy franco con usted señora, la enfermedad ha vuelto, su hijo morirá, no sabemos, si hoy, mañana, la semana entrante, el mes que viene, de aquí un año, o de aquí diez… eso dependerá del corazón de Aaron, pero está muy débil, ya una operación no aguantaría, así que mejor que vaya haciéndose a la idea…
  • ¿Qué? ¿me está diciendo que estamos como antes? ¿Qué esta pesadilla no se ha acabado? ¿Eh? ¿eso me está diciendo? –el cuerpo de Aroa se tensó, agarraba con fuerza el brazo del doctor –perdóneme por favor –se tranquilizo, su voz paso de rabiosa, a muy pausada –pero es que no puedo creer, que otra vez volvamos a estar igual, no, no puede ser… -de la rabia al llanto, tapando su cara con sus manos.
  • No se preocupe, tranquila, lloré desahóguese –le abrazó fuertemente a esa madre desconsolada.

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