domingo, 12 de febrero de 2012

Cristy; capítulo 24 -2

  • ¿¿Y pediremos rescate?? –pregunto Barbie entusiasmada.
  • Pues no lo había pensado, pero es muy buena idea, gracias Barbie –dijo Veneno, observando la mirada de suplica de Cristy –pero lo haremos mas adelante, ahora tenemos que planearlo todo muy bien, para atemorizarlos bien, salgamos fuera, que así no abra espías –dijo saliendo para fuera, cerrando la puerta, oyendo como la secuestrada pegaba un gran grito de desesperación he angustia…

El timbre de la puerta de los Walter sonó dos veces, Jessica, nerviosa, no tardo en ir abrir, acompañada de Ben, al que encontró con gran sorpresa, el amigo tan especial de Cristy, Nicolas.
  • Hola buenas tardes, ¿qué vive aquí Cristy? –pregunto amablemente, al mismo tiempo con timidez.
  • Sí, si, si que vive aquí –contesto sorprendida, mirando por unos segundos a Ben, al igual que Ben a ella.
  • No se si se acordarán de mí… soy Nico, el amigo de Cristy del centro de anti drogo pendencia –les recordó.
  • Sí, sí, ya nos acordamos ¿Qué sabes donde esta mi hija? –pregunto nerviosa, al mismo tiempo esperanzadora Jessica.
  • ¿Cristy? No, yo he venido a darle una sorpresa, porque he conseguido un piso para mi solito, bueno, con un monitor, en este pueblo, venía a verla y decírselo… -dijo deprisa el joven cada vez mas nervioso -¿Dónde esta? ¿Qué ha pasado?
  • Pasa, pasa, que te lo explicamos –dijo Jessica cerrando la puerta, una vez que él estuvo dentro, sentándose junto al joven en el sofá. Detrás de ella, de pie estaba Ben, con sus manos, en los hombros de ella. Jessica con temblor en su voz, le explico toda la desaparición de su hija.
  • ¿Y estos días anteriores, no han visto, ningún comportamiento extraño de su parte? –quiso saber Nico.
  • No, no estaba tan bien, como antes de ajuntarse con aquellas chicas –le respondió Jessica.
  • ¿Y dicen que la policía no hizo nada de nada?
  • No –dijo Jessica negando con lamentación la cabeza –al saber que era Cristy se despreocuparon del caso, como ya tiene un expediente abierto.
  • ¡Hijos de su madre! –dijo Nicolas con rabia –pues tenemos que hacer algo, le ha podido pasar cualquier cosa.
  • Es lo que pensamos nosotros –le afirmo Jessica cogiendo la mano de Ben. El teléfono sonó, provocando un sobresalto en Jessica – ¡puede ser Cristy! –exclamo ilusionada, corriendo a cogerlo.
  • Espere señora, si ustedes me lo permiten, pondré a gravar la conversación que tengan por si es importante –les transmitió Nico.
  • Sí, sí, puede ser buena idea –dijo Jessica, viendo como el chico hacía lo explicado.
  • Ya esta, ya lo pueden coger –dijo Nico, dejando el aparato disponible. Jessica no tardo en descolgar.
  • ¿Es usted la madre de Cristy? –se oyó una voz masculina, tenebrosa por toda la sala, Nico también había puesto el manos libres. Jessica con los ojos como platos miro a Ben y Nico. Nico le hizo un gesto para que contestará, pero que Ben y él tenían que estar en total silencio.
  • Si… soy yo ¿y usted es…? –empezó Jessica, sin atreverse a terminar.
  • Soy el secuestrador de su hija –contesto Veneno, escuchando un grito agudo de esa madre –escúcheme bien, tenemos a su hija, si quiere volverla a ver con vida, nos tiene que entregar un millón de dólares, en cuarenta y ocho horas, mas adelante, ya la volveré a llamar, para concretar en donde se efectuará el cambio ¡nada de policía si no quiere que su hija, sufra una muerte lenta y dolorosa!
  • ¿Mi hija secuestrada? –pregunto Jessica, reaccionando ante esas palabras – ¿le han hecho daño? ¿esta bien? ¡quiero hablar con ella!
  • ¡Ma… mama! –exclamó Cristy, a través del auricular, con gran dolor, ya que Serpiente, con una mano le cogia sus pelos con fuerza, mientras que con la otra, le forzaba el brazo para atrás.
  • ¡cariño! ¿cariño estas bien? –pregunto asustada Jessica, notando como su voz se debilitaba por momentos. La puerta de la casa se abrió entrando los más jóvenes de la familia, que quedaron paralizados, escuchando la conversación. Ben les izó un gesto, que no hicieran ni pizca de ruido, ellos se acercaron con total silencio, acabar de escuchar
  • Mama… tened mucho cui… cuidado…. Tienen fotos vuestras… me han seguido, saben donde vivimos, por favor… ir con muchísimo cuidado –dijo Cristy, entre lágrimas por el dolor, que le estaban produciendo sus secuestradores.
  • ¡Ya esta bien zorra! –exclamó Serpiente, dandole otra fuerte patada en la espinilla, haciendo que otro grito saliera de la boca.
  • ¡Cristy! Pagaremos lo que haga falta, pero ¡¡no le haga daño por favor!! –suplico Jessica. Nico hacía grandes esfuerzos por controlarse.
  • Bien… parece que ya nos vamos entendiendo, recuerde ¡nada de policía! La estaré vigilando, ya la llamaré –acabo diciendo Veneno, colgando bruscamente el aparato. Jessica, Ben, Nico, Mery y George, se quedaron paralizados, con sus respiraciones aceleradas, atemorizados, por lo que acababan de escuchar.
  • Mama ¿Qué a significado todo esto? –pregunto asustado George, respirando con aceleración todavía, viendo como Nico, dejaba el teléfono tal como estaba al principio.
  • Han secuestrado a Cristy, piden un millón de dólares, en cuarenta y ocho horas por el rescate o la matarán –dijo Jessica lentamente paralizada.
  • ¡Oh dios no! –exclamó Mery llevándose las manos a la boca.
  • ¡Mama, tenemos que salvarla, no podemos permitir que la maten! –exclamó George abrazándose a su madre.
  • Ya lo se, pero no se como… yo no tengo tanto dinero, y el banco tarda una semana en darte el préstamo –exclamó Jessica, cada vez mas nerviosa –¡no, mi niña! –dijo.
  • Ya encontraremos la manera, te lo prometo cariño –le abrazo fuertemente Ben. Nico permanecía callado con rabia, miraba al suelo con sus puños en cerrados con tensión.
  • ¡Tenemos que ir a camisería! –dijo de repente el joven, mirando uno por uno, con decisión.
  • Ya te hemos explicado, que ya hemos ido, y no a servido de nada –le dijo Jessica.
  • Ahora sabemos seguro que es un secuestro, la prueba esta aquí –dijo Nicolas, mostrándoles la cinta sacada del teléfono – ¡ahora nos tienen que ayudar por fuerza, sino es para denunciarles a ellos!
  • ¡Pero matarán a Cristy! –le recordó Jessica.
  • Eso lo han dicho para asustarnos, pero estoy seguro que no lo harán asta que tengan el dinero en su poder –explico Nico.
  • Quizás tenga razón –dijo Ben, mirando a Jessica a los ojos, viendo como está afirmaba con la cabeza.
  • ¡Vayamos a camisería rápidamente! –dijo Jessica empezando a prepararse, al igual que Ben y Nico. También lo hacían Mery y George –Chicos –dijo mirando a estos últimos –se que estáis preocupados pero iría mejor que os quedarais aquí… -empezó a decir sin saber como decirles, que no veía apropiado que fueran allí, ya que los traumaterezerían aun mas –necesito que os quedéis aquí por si los secuestradores, vuelven a llamar –se le ocurrió, que en el fondo era una gran verdad –por cualquier cosa os llamaremos, vosotros igual ¿de acuerdo?
  • Vale –dijeron los dos chicos algo decaídos, pero al mismo tiempo útiles por poder ayudar. Así fue como vieron como Jessica, Ben y Nico salían hacia camisería.

Horas después Jessica, Ben y Nico, llegaron a casa. Allí continuaban Mery y George sin inmutarse, de al lado del teléfono.
  • ¿Que? ¿Qué os han dicho? ¿nos ayudarán no? –empezaron a preguntar los jóvenes ansiosos, acercándose rápidamente a ellos.
  • Sí, nos ayudarán, con la grabación, ya han visto claro que es un secuestro –explico Jessica –muchas gracias Nicolas, sin ti jamás hubiésemos caído en esa prueba –le agradeció Jessica dedicándole una sonrisa.
  • No me tiene que agradecer nada señora, Cristy es mi mejor amiga, y si le pasará algo yo no… -dijo Nico con temor, al recordar sus gritos de sufrimiento, y por todo el calvario que le estaban haciendo pasar.
  • ¡Eso es fantástico! –exclamaron Mery y George, poniéndose en pie de un salto, con felicidad –¡eso quiere decir, que la encontrarán y la rescatarán ya!
  • No es tan fácil lamentablemente –dijo Jessica, observando como la alegría de esos dos jóvenes se esdevenecía sin entender nada –tienen claro que es un secuestro de primer grado, que hay que actuar rápido porque Cristy corre gran peligro, pero… no tienen ni la mas mínima idea de por donde empezar a buscar, habían detenido a estas chicas por robo, no por un crimen tan superior.
  • ¿Y ahora que debemos hacer? –pregunto George.
  • Esperar… aunque puede que sea demasiado tarde cuando la encuentren –dijo Jessica, nerviosa y las manos temblorosas, con la mirada baja y la voz muy débil. Nico se levanto del sofá decidido.
  • ¿Puedo utilizar vuestro ordenador por favor? –preguntó.
  • Claro pero ¿para que lo quieres? –pregunto George intrigado.
  • La policía pretenden que nos estemos quietos, mientras ellos investigan, pero yo no puedo hacerlo, sabiendo que Cristy corre tanto peligro, por eso he pensado enganchar carteles por el pueblo, quizás alguien la visto, y nos puedan ayudar –explico Nico.
  • ¡Que buena idea! –dijeron Mery y George a coro.
  • Nosotros te ayudaremos –dijo George –¿he mama y Ben? ¿a que es buena idea?
  • No se… -dijo Jessica, mirando a Ben. Los dos estaban indecisos, mirándose.
  • Mama ¿Qué pretendes que hagamos? ¿Qué nos quedemos parados? –defendió la idea George – ¡yo no puedo tengo que hacer algo, tenemos que hacer alguna cosa, para encontrar a Cristy, y rescatarla!
  • Esta bien, tienes razón –se acabo de convencer Jessica –hagamos los carteles y enganchémoslos por el pueblo, ha ver si hay suerte.
Los cinco subieron a la habitación de George, buscando fotos recientes de Cristy y empezando a trabajar en los carteles. Al tenerlos terminados, Mery, George y Nico se fueron por un lado, para engancharlos por la ciudad, mientras que Jessica y Ben se fueron por otro lugar, para enganchar más papeles, indicando foto, teléfonos, dirección, donde podían localizar a la familia, con la esperanza que alguien les llamará. Después de estar toda la tarde enganchando papeles, volvieron a casa, esperando respuesta……

Por otro lado, Cristy continuaba amordazada en aquella oscura habitación, que solo se aparecía la claridad cuando alguno de sus secuestradores entraban para gritarla, pegarla, humillarla. Temblor le entraba cada vez que oía los pasos indicando que ya se acercaban. Apenas le dieron comida por más que ella, lo había suplicado, y su estomago, no dejaba de reclamar.
  • Tengo que ir al baño por favor… -pidió Cristy con temor –no aguanto mas, me lo aré encima.
  • ¿Que hacemos? ¿la dejamos ir al baño? –pregunto Barbie con ignorancia mirando a sus compañeros.
  • Mejor que si, sino se lo hará encima y habrá que cambiarla, porque apestará toda la casa –le advirtió Veneno.
  • ¡O si, que asco! –dijo Barbie, haciendo una arcada –hay que llevarla al lavabo.
  • Veneno acompáñala –le pidió Bibi.
  • Gracias –dijo Cristy débilmente pero con amabilidad poniéndose en pie, notando como sus piernas le fallaban con grandes temblores, de tanto tiempo sentada y atada en un misma posición. Con gran patosidad bajo las escaleras, aun con las manos atrás, atadas por Veneno. Llegaron al baño, y no solo entro Cristy, sino con ella también entro su acompañante, dejando la puerta cerrada –Veneno ¿por qué as entrado? Espérame fuera por favor, te prometo que no tardaré.
  • Oh no preciosa, no puedo correr riesgos, tu mea tranquila, en fin de cuentas ya te he visto totalmente desnuda, no te vendrá de aquí –le contesto Veneno.
  • Ya lo se, pero siento muy incomoda, y no me sale nada, si me miras, no me escaparé de verdad, no tengo fuerzas ni para intentarlo –fue la respuesta de Cristy con un tono muy débil.
  • No te pienso dejar, así que ya puedes hacer lo que sea para que te salga, si no quieres volver a ser atada sin haberte descargado –dijo Veneno metiéndose su mano en el bolsillo, sacándose una navaja –o necesitas que te clave esta preciosidad –dijo marcándosela en el cuello.
  • No por favor Veneno, no me hagas daño te lo suplico –suplicó Cristy, sentada en el vater notando como la navaja se hacía notar en su cuello. Ella cerró fuertemente los ojos a causa del gran miedo que sentía, notaba como su cuerpo temblaba sin parar, al mismo tiempo, su necesidad salio al momento.
  • Así me gusta, parece que el pánico te hace reaccionar rápido preciosa –le dijo en un murmuro al oído, mordisqueándole la oreja. El lamento de Cristy aun se hizo sonar más fuerte. Con un fuerte empujón fue dejada tirada en el suelo del sótano, apagándole la luz y cerrando puertas, dejando a la joven con un gran llanto, deseando que esto terminara.

Faltaban cinco horas para que el plazo de entregar el millón de dólares a cambio de Cristy fueran entregados, pero Jessica y familia al igual que Nico estaban desesperados, ya que como se figuraban, el banco no entregarían esa cantidad de dinero, asta pasados una semana. Tenían la esperanza de que alguien llamará por los carteles, no se separaban del teléfono ni un solo segundo, pero nada, ninguna llamada por ese motivo había.
De mientras en una de esas calles donde habían tantos carteles enganchados, caminaba una mujer delgada, con el pelo negro, corto, ojos marrones. Vestía una chaqueta, pero debajo de esta, llevaba el traje, de una mujer de la limpieza, y en sus manos una bolsa, con productos de limpieza dentro, sí, esta mujer, era la mujer de la limpieza de la nave. Se detuvo enfrente de unos de esos carteles, mirándolos fijamente, fijándose, que esa chica le sonaba familiar, la conocía, pero no se acordaba de donde…. Después de varías vueltas en su mente, dio un salto de satisfacción al acordarse <<¡era la chica nueva, que habían pillado la pandilla de las tres B!>> al leer todo lo que ponía que había sido secuestrada por una pandilla llamada las tres B, y que seguramente la tenían escondida en su escondite, en el que ellos desconocían donde se encontraba, por eso, pedían que para cualquier información que llamaran a los siguientes números de teléfonos, poniendo el fijo, y los móviles, y también la dirección de esa casa. Esa misma mujer, al leer todo tan atentamente, y observar la foto con cautelo, llamo sin pensárselo dos veces, a la familia Walter indicando, que si ellos querían iba a su casa y les explicaba mas detenidamente. Ellos accedieron encantados, esperando con impaciencia esa llegada. Después de que la mujer les explicarán con detalle, donde se encontraba la nave, la familia Walter y Nico muy agradecidos, fueron a camisería a toda prisa, explicándoles las novedades, y juntos con las sirenas puestas, fueron al rescate de la joven.
  • Bien, falta una hora para tener nuestro dinero, y ni rastro de tu adorable familia ¿te das cuenta? ¿lo poco que les importas? –dijo entre risas Serpiente, marcando su navaja en el cuello de Cristy. Esta no decía nada, solo le miraba con rabia y gran desprecio –falta tan poco para que mueras ¡que dulzura!
  • He vosotras y tu serpiente, ya os habéis divertido, humillándola, y pegándola, ahora me toca a mi ¿no creéis? –se quejo Veneno tocándose su parte mas intima, mirando a Cristy con vicio, notando gran pánico en la mirada de la joven.
  • A claro que si jefe, adelante, quédate bien descansado con ella –le hizo saber Bilma.
  • Ummmm que bien me lo voy a pasar –dijo Veneno cogiendo a Cristy de lo pelos tirándola bocarriba sobre la cama, situándose sobre ella.
  • ¡¡No por favor Veneno, no lo hagas por favor, no quiero hacer ningun polvo déjame por favor!! –suplicó Cristy con lágrimas en sus ojos, viendo como este no se detenía, sacando su ropa con desesperación en ocasiones rompiéndola, a causa de la impaciencia –¡¡PARA VENENO!! ¡¡DEJAME!! Siempre me as respetado cuando he dicho que no ¿¿¿por qué ahora no??? –gritaba Cristy, notando como los besos de Veneno, eran cada vez mas profundos, mientras que sus manos, no dejaban de estrujarle todo su cuerpo.
  • Ya te he dicho que me recompensado bien, no las puedo fallar –dijo Veneno con la respiración acelerada a causa de exaltación. Serpiente tenía una perfecta visión de la escena sexual, que había delante de sus ojos, no disimulaba en absoluto sin dejar de masturbarse.
Ese espectáculo por suerte para Cristy no duró mas de diez minutos, ya que la puerta de la habitación se abrió, entrando por ella una docena de agentes. Dejando a los secuestradores, sin tiempo de pensar, dejando a todos con las esposas puestas, y a Cristy liberada, dejando como ropa que se pusiera una bata, ya que sus prendas fueron rotas. Cristy estaba muy débil, apenas podía andar, y se sentía muy mareada. Con ayuda de dos agentes la sacaron fuera, donde la esperaban su familia con lujuria.
  • ¡Cristy! Cristy cariño ¿¿¿Cómo te encuentras??? ¿¿¿Cómo estas cielo??? –preguntaba nerviosa y alterada Jessica, abrazando a su niña, con desesperación al verla en ese estado.
  • Mama… -no pudo vocalizar más la joven cuando se desmayo.
  • ¡¡Cristy!! ¡¡Cristy!! ¿¿Qué te pasa cariño?? ¿¿Qué te ocurre?? –pregunto Jessica nerviosa y alterada viendo como su pequeña se desplomaba sin ella poder hacer nada.
  • ¡Hay que llevarla al hospital con urgencia! –dijo el agente, mandando a los ambulancieros que no perdieran ni un segundo.
  • ¿Qué pasa? ¿¿Qué le pasa a mi niña?? –pregunto nerviosa Jessica, viendo como la situaban en la camilla, y la metían en la ambulancia.
  • Señora, a su hija le an maltratado bien, esta grave, no pueden perder tiempo -le informo el agente.
  • ¡Dios mio! –exclamo Jessica.
  • ¿Quien va con ella? –pregunto el ambulanciero, antes de cerrar las puertas.
  • Yo, voy yo –dijo Jessica, entrando en el vehículo sentándose al lado de su hija, cogiéndole fuertemente la mano, con lágrimas que le resbalaban por sus mejillas.
  • Nosotros vamos con el coche –le dijo Ben, antes de que las puertas de la ambulancia se cerraran……

Al cabo de varias horas Jessica, Ben, Mery y George, se encontraban alrededor del cuerpo inconsciente de Cristy, tumbado en la cama del hospital, que los médicos les habían asegurado, que ya estaba fuera de peligro, solo faltaba que se despertara, entre varios tubos de suero como alimento. Poco a poco sus ojos se fueron abriendo, viendo a toda su familia a su alrededor.
  • Hola –dijo dedicándoles una débil sonrisa.
  • ¡Oh cariño, menos mal que as despertado! –exclamo Jessica, sin poder evitar abrazarla, dejándola enseguida, pidiéndole miles de perdones, viendo que a esta le dolía -¿Cómo te encuentras?
  • Algo mareada –contesto cerrando por unos segundos los ojos -¿Cómo me encontrasteis? ¿Cómo pagasteis la fianza?
  • Te encontremos gracias a esta mujer –dijo Jessica, viendo como entraba –que nos indico donde estaba el lugar.
  • ¿Esta mujer? ¿Quién es? –preguntó extrañada Cristy.
  • ¿No te acuerdas de mí? Normal solo me vistes una vez, y fue una vista fugaz –pregunto y respondió la misma mujer –yo soy la “chacha” tal como decían las tres B que limpiaba la Nave.
  • ¡A si! –dijo de repente Cristy, haciendo memoria -¡ya lo recuerdo! ¡muchas gracias por avisar!
  • Nunca lo hubiese podido hacer, si no hubiese visto los carteles, que habían enganchados por todos los lugares.
  • ¿Carteles? –pregunto Cristy sin entenderlo.
  • Sí es una idea que nos vino –dijo Mery.
  • ¡Que buena idea! –dijo Cristy.
  • No fue nuestra, esa idea –le confesó George.
  • ¿A no? ¿entonces de quien fue? –pregunto Cristy con impaciencia, viendo como su madre, hacía un gesto a Ben, para que dejara entrar a alguien. Este la obedeció, entendiendo perfectamente, he indicando a Nico que entrará.
  • Hola preciosa ¿como te encuentras? –dijo Nico acercándose a ella con felicidad.
  • ¿¿Nico?? –dijo Cristy sentándose con esfuerzo en la cama sin creer, lo que sus ojos estaban viendo – ¿pero como es posible que estés aquí? ¿tú no estabas en otro pueblo lejos de este lugar? ¿Cómo as llegado? ¿Cómo te has enterado?
  • Shtttttt, tranquila mujer, que ya me has hecho sufrir bastante no me des mas sustos por favor –le pidió Nicolas con una sonrisa –me independizado, en una casa de tu pueblo, fui a tu casa, a darte una sorpresa, me lo explicaron todo, y también escuche cuando llamaron por tu rescate, sentí tus gritos de terror, no pude estarme quieto, asta que no conseguí tu rescate no paré, pero también a sido gracias a tu familia, yo no hice nada del otro mundo.
  • ¡Claro que hiciste Nicolas! –exclamó Ben con entusiasmo –sin tu ayuda, no hubiésemos logrado rescatarla.
  • ¿Te vas a quedar mucho tiempo por aquí? –preguntó Cristy nerviosa.
  • Sí, para siempre, nunca más tendremos que separarnos.
  • ¡Oh Nico! –exclamo Cristy emocionada.
  • Creo que aquí sobramos –le dijo en un murmuro Ben a su familia. Los demás no lo discutieron, saliendo fuera, asomando sus cabezas sin que los jóvenes se dieran cuenta, observaron como ambos se miraban con ternura, mientras que Nico acariciaba con suavidad la mejilla de Cristy, de tanto se murmuraban con felicidad al oído. Se acabaron mirando fijamente, dándose un suave y apasionado beso en los labios.

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