martes, 7 de febrero de 2012

Cristy; Capítulo 20

Capítulo 20: La visita


A
quella noche, nuestra protagonista, apenas durmió. Esta vez, la responsable, no fueron esas pesadillas, sino el nerviosismo y la impaciencia, que llegara el día de la visita… a las 9 la campana del almuerzo sonó, pero esta ya hacía rato, que hallaba despierta, preparándose.
  • ¡Ei buenos días! –se acercó toda resplandeciente, a la mesa correspondiente, donde se encontraba su fiel amigo, observando el zumo de naranja, el tazón de cereales, y tostadas con mantequilla y mermelada, tal como tenía ella, en su bandeja.
  • ¡Ei, como me alegra verte tan contenta! –le hizo saber Nico con una amplia sonrisa –esta noche, no te oído gritar, estabas tan callada, que sufría por si te había pasado algo, así que por favor no te enojes si te confieso que entrado a tu habitación, he podido sentir como hablabas en sueños, sueños bonitos, agradables, daba gusto verte, he preferido no decirte nada, que siguieras así de bien.
  • ¿Sí? ¿He soñado algo agradable? Apenas he dormido, al menos que yo recuerde –le hizo saber Cristy confundida.
  • ¿Feliz por ver a los tuyos? –preguntó Nico mirándola a los ojos.
  • Nerviosa… ¿tú crees que vendrán a verme?
  • ¡Claro que si! Si que es verdad, que les has hecho mucho daño, pero, esa no eras tu, tú, no eras dueña de tus actos –le explicó Nico amablemente –as mejorado muchísimo Cristy, seguro que lo notarán y se alegrarán muchísimo, son tu familia y te quieren, eso… ¡jamás lo olvides!
  • ¿Estas seguro? –le preguntó Cristy desconfiada.
  • Estoy convencido –le acabo de convencer Nico.
  • ¿Y a ti? ¿Quién vendrá a verte? –preguntó Cristy.
  • ¿A mi? Nadie… aquellos amigos ya vinieron la otra vez, me llamaron el otro día que esta vez, tenían cosas hacer, que no podían venir… y familia no tengo… así que… -le hizo saber Nico, con la cabeza baja tristemente.
  • Lo siento –dijo Cristy, observándolo con lamentación, dándole una suave palmada en la espalda.
  • No te preocupes, pero gracias de todas formas –le agradeció el muchacho con una débil sonrisa, mirándole a los ojos.
Eran las once de la mañana cuando un gran pitido se izo sonar. La doctora Guzmán reunió a todos los chicos he chicas, conduciéndoles a la sala de las visitas. Muchos chicos, estaban vestidos con sus pijamas, al igual que Cristy, otros ya preparados, por si partían, con sus visitantes. Cristy notaba su corazón latiendo con fuerza, mientras observaba como los recién llegados entraban en esa gran habitación.
  • No te preocupes todo va a salir bien –le izo saber Nico, con su mano, en el hombro de su compañera, guiñándole un ojo.
  • ¡Yo no veo a nadie de los míos! ¡no han venido! –exclamo Cristy.
  • No te desesperes, es normal que no veas a nadie, esta entrando mucha gente –le tranquilizó Nico, observando como cada una de las personas que entraban se unían a ese ser, que esta allí ingresado, entre abrazos y besos.
  • ¡No, no han venido! ¡No! –dijo nerviosa -¡¡mama!! –exclamó de repente echando a correr.
  • ¿Cristy? ¡¡Cristy!! –expreso Jessica sorprendida por el calido abrazo que había recibido de su hija –hola tesoro, ¿Cómo estas? ¿Cómo te encuentras? –pregunto con conmoción Jessica, tras ese recibimiento, tan agradable y cariñoso
  • Mama, tenía tantas ganas de verte… tengo que decir tantas cosas –dijo Cristy mirándola con los ojos húmedos, emocionada, después nuevamente, la volvió abrazar fuertemente, notando como sus lágrimas, resbalan por sus mejillas.
  • ¡Oh amor! ¡Yo también ansiaba por verte y abrazarte fuertemente, a sido una tortura, todo este tiempo sin ti! –le hizo saber Jessica con un fuerte abrazo.
  • ¿As venido sola? –dijo al poco tiempo, separándose nuevamente, mirando hacía todos lados – ¿donde están Ben, Mery y George? ¿no han venido contigo? –preguntó decaída.
  • ¿tienes ganas de verlos? –pregunto Jessica sorprendida, al mismo tiempo con felicidad, viendo como su hija afirmaba con la cabeza –si, si que han venido, han ido aparcar bien el coche. Como estábamos en medio de la carretera y formábamos cola detrás solo he podido salir yo ¡enseguida vienen! ¡míralos, ahí están! ¡Chicos estamos aquí!
  • ¡¡Ei Mery, George, cuanto me alegro de veros!! –gritó entusiasmada lanzándose a ellos con un fuerte abrazo. George y Mery se miraron perplejos, sin entender nada – ¡a ti también me alegro de verte Ben! –exclamó con otro buen abrazo para ese remitente – ¡que feliz estoy de veros, pensé, que no querríais saber nada más de mi! –anuncio limpiándose, las lágrimas.
  • Claro que queríamos saber de ti, eres nuestra Cristy, te queremos muchísimo todos, pase lo que pase, jamás dejaremos de hacerlo, no lo olvides –expreso Jessica. Cristy hizo una mirada a esas cuatro personas, que no dejaban de afirmar con sus cabezas. Directamente hecho a llorar en brazos de su madre, dándoles miles de gracias.
  • Llevas el pijama que te regalo papa ¿verdad? –pregunto George después de tanta conmoción. Viendo como su hermana afirmaba contenta.
  • Estas muy guapa, as dado un cambio muy grande para bien –dijo George -¿a que si Mery?
  • ¡Sí, si esta es la chica que conocí, y me entrego su amistad!
  • Estoy de acuerdo con vosotros, hay una gran diferencia de la Cristy que conocí en la cena –dio su opinión Ben – ¡esta Cristy me cae muchísimo mejor!
  • De eso os quería hablar… –dijo Cristy notando como se les subía los colores, sin atreverse, a mirarles a la cara, dejando a todos bien intrigados –os he tratado fatal, yo no se que…
  • Eh tranquila, todo eso ya a pasado, no tienes porque disculparte –le interrumpió Jessica, acariciando suavemente su mejilla.
  • ¡Claro que tengo que disculparme mama, tengo que hacerlo os lo debo! –respondió Cristy, mirando a todos.
  • De verdad no hace falta… -intento Mery.
  • Sht, escucharme por favor –dijo con la cabeza baja, después encaró la mirada a Mery –Mery perdóname por favor, me he comportado como una verdadera imbécil, tu solo intentabas advertirme, del error que estaba a punto de cometer, lo único que he hecho yo, es maltratarte, humillarte y abandonarte, estoy muy arrepentida, de verdad, no se como fui capaz de hacer todo eso, tratarte, de esta forma tan denigrante. Eres la mejor amiga que me he podido echar, de corazón te lo digo, y no te miento cuando expongo, que me siento muy feliz de tenerte como hermana –dijo.
  • ¡Oh Cristy! –exclamó Mery abalanzándose sobre Cristy dándole un fuerte abrazo emocionada –¡claro que te perdono, sería incapaz de no hacerlo, nunca he dejado de sentirte como mi mejor amiga, me alegro tanto que vuelvas a ser tu, te extrañado muchísimo! –le expreso con lágrimas que le resbalan mejillas abajo.
  • ¡Gracias, gracias! No te volveré a fallar, te lo aseguro –le expreso en un murmuro Cristy, sin dejar de abrazarla –George… -dijo separándose de Mery, acercándose a su hermano –buffffff… no se por donde empezar –dijo limpiándose las lágrimas, que le humedecían sus ojos –me he pasado mucho contigo, demasiado, pudiste morir aquel día que estabas tan mal, no debí dejarte solo encima te di mas medicamento de lo acordado, y si fuera poco te los intercambie…
  • Tranquila Cristy, estoy bien –le dijo George, cogiéndole las manos, mirándola con una sonrisa.
  • ¡No George, podrías haber muerto! ¿Qué clase de hermana soy? ¿Qué cuando mas me necesitas te doy la espalda? Encima te amenacé con navajas, ¡dios mío, soy un monstruo! –dijo sobresaltada, con sus manos en su cabeza.
  • No eres un monstruo Cristy, simplemente no eras tu –le dijo George amablemente acogiéndole con fuerza y dulzura las manos.
  • Oh George, gracias por perdonarme, nunca más te fallare, ¡te lo prometo enano! –dijo con cariño, tras un fuerte abrazo.
  • ¡Yo también me alegro que ayas vuelto a ser tú!
  • Bueno, que difícil es todo esto, sobretodo para alguien que no conozco de nada, y he reprochado desde el primer día ¿eh Ben? –dijo Cristy, dirigiéndose, avergonzada a su “padrastro”
  • Olvídalo, con todo esto, me estas demostrando que tienes un corazón tan grande y puro, como los tuyos –le dedicó Ben, mirando a Cristy con una sonrisa.
  • Te he juzgado sin conocerte, no es justo, mama esta muy feliz desde que esta contigo, no me extraña en absoluto, eres una gran persona, con una actitud y paciencia muy grande, gracias por hacer feliz a mi madre, gracias por cuidar y proteger a George y Mery, cuando les puse en peligro, gracias por perdonarme, y darme una segunda oportunidad –dijo Cristy abalanzándose a Ben, dándole un fuerte y calido abrazó.
  • De nada Cristy, créeme cuando te digo, que es un placer –dijo, devolviéndole ese entrañable abrazo.
  • ¡Buffff, estoy llorando más que toda mi vida! –dijo riendo Cristy, limpiándose las lágrimas.
  • Eso es bueno cariño –le transmitió Jessica, sin poder evitar transmitirle dulzura.
  • Mama… -dijo mirándola, acercándose a ella –siento muchísimo todo lo que te he hecho sufrir, lamento, haberte pegado, decirte todas esas cosas cuando quisiste sacarme de la cárcel, insultarte, humillarte, cuando simplemente querías hacerme entrar en razón, por esas horas de insomnio y angustia, restregándotelo yo por la cara, ¡toda la culpa es mía me siento muy avergonzada! me siento… -exclamo Cristy, cerrando fuertemente los ojos, cogiendo las manos de su madre, con sus manos temblorosas, a causa del nerviosismo.
  • Esta todo perdonado y olvidado, ¡te quiero muchísimo hija! –respondió Jessica, abrazándola con fuerza, con las lágrimas de felicidad por sus mejillas.
  • Joper, me emocionado bien –dijo Cristy limpiándose esas pequeñas lágrimas –pero me siento tan bien, de haber hecho esto, lo necesitaba, tenía que disculparme con todos vosotros, me siento súper bien, aun mas sabiendo que me habéis perdonado, pero aun os tengo que decir algo más, sobretodo… –dijo mirando a Jessica – En la tertulia me hicieron ver la realidad, y también abrir los ojos, mama, papa, no murió ni por mucho menos por tu culpa, el hubiese marchado, dijéramos lo que le dijéramos, era su deber, y para él eso era lo mas importante, fue el destino que le toco vivir, y mientras le sigamos recordando, pertenecerá vivo en nuestros corazones, nunca morirá.
  • ¡¡Oh cariño!! –exclamó Jessica, emocionándose, dándole un fuerte abrazo a su hija.
  • ¡Cristy, papa, debe de estar mirándote desde algún lado del paraíso, y seguro que esta súper orgulloso de ti!–le hizo saber George. Abrazando fuertemente a su madre he hermana. Entre ese gran abrazo, Cristy fijo la mirada a Nicolas, que la miraba con la vista clavada en ella, con una sonrisa en su cara. La joven le sonrió.
  • Familia os quiero presentar a alguien –dijo Cristy, cogiendo con sus manos las manos de su gente, llevándoles junto a Nico, que estaba sentado en una silla apoyada a la pared –os presento a Nico, es mi mejor amigo, gracias a él, estoy tan bien… Nico, mi madre, su pareja, y mis hermanos –presentó abrazando a George y Mery –además me regaló este collar –les informó enseñándoles el collar de perlas, que llevaba todo el día con ella.
  • Mucho gusto a todos –contesto el joven amablemente –Cristy, es una exagerada, yo no he hecho tanto como dice, todo a sido gracias a su fuerza de voluntad, y gracias, a las ganas de recuperarse.
  • ¡Jo, tío no seas tan modesto! –dijo Cristy con una sonrisa, dando una suave palmada en la espalda a su amigo.
  • Lo mismo digo señorita, ¡no seas tan modesta! –fue la respuesta de Nico, con una sonrisa. Los seis echaron a reír.
  • ¡Hombre! Señora Walter, cuanto tiempo, me alegro de verla –la saludo la doctora Guzmán, estrechándole la mano.
  • Igualmente doctora Guzmán, me alegro de verla, yo también –dijo Jessica amablemente –estamos muy contentos con este centro, han tratado a mi hija muy bien, no hace falta decir, que ya vuelve a ser, mi niña de siempre –dijo, eso ultimo mirado a Cristy, con un brillo en sus ojos.
  • Nosotros estamos muy contentos de Cristy, esta esforzándose al máximo por recuperarse, eso dice mucho a su favor la verdad, sí, que es cierto que al principio, tuvimos algún que otro problema con ella –dijo la doctora Guzmán mirando a Cristy, como se sonrojaba con la cabeza baja –pero bien, por eso han pasado todos los chavales, ella no es ni la primera ni la última. Por otro lado, a despertado, y tienes muchas ganas y sobretodo fuerza de voluntad para reponerse, salir adelante, también a sido gracias al señor Nicolas, sí, ellos han sido y son inseparables, se ayudan mutuamente –dijo ahora mirando a Nico, que también se les subía los colores.
  • Doctora, ¿nos podemos llevar a Cristy a pasar el día fuera? –quiso saber Jessica.
  • Claro que sí, puede estar fuera si quieren hasta las diez de la noche –contesto la doctora.
  • Muchas gracias, a las ocho, ya estará de vuelta, si tu quieres Cristy claro ¿Qué dices? ¿te apetece salir y pasar el día fuera? –preguntó Jessica.
  • Por supuesto que siiiiiii –contesto ilusionada Cristy – ¡voy a vestirme, no tardo! –dijo marchando con lujuria. Tal como dijo, no tardó en volver, vestida, con una camisa ajustada, pero tapando todas sus intimidades, un pantalón vaquero, bien apretado acompañado de unas botas altas, negras –siento, haberme puesto esto, es que no tengo otro estilo de ropa –expreso avergonzada.
  • No te preocupes ¡estas muy guapa! ¿verdad chicos? –opinó Jessica, mostrándoselo a los demás, viendo como los tres afirmaban con entusiasmo.
  • ¿Donde esta Nico? –pregunto Cristy, observando por todos lados, sin localizarle.
  • Ya se a despedido de nosotros, se ha marchado, para allá –dijo Jessica, señalando un largo pasillo –nos a dicho que te digamos, que disfrutes sobretodo.
  • Parece un chico majo –opinó Mery.
  • Sí, si que lo es, ¿os puedo pedir un favor? –pregunto Cristy algo nerviosa.
  • Dinos –dijo Jessica intrigada.
  • ¿Él se puede venir con nosotros por favor? Es muy buen chico de verdad, esta solo, no tiene a nadie, os caerá bien, estoy segura –explico Cristy, nerviosa, intentando localizarle con la mirada.
  • Sí, sí, si le dejan salir, sí supongo que no pasara nada… -dijo Jessica no muy convencida, mirando a Ben, George y Mery, que tampoco lo tenían muy claro, pero al mismo tiempo pensaban igual que Jessica, que no creían que pasara nada, así que acabaron afirmando todos.
  • Gracias a todos –dijo Cristy, dando un beso en la mejilla a su madre. Después hecho a correr en busca de su amigo, que ya se imaginaba donde le encontraría. El primer lugar en que se encontró fue la sala de la película, que tal como se imaginaba, allí estaba sentado en una silla, junto a mas chicos he chicas, mientras que una de las enfermeras preparaba la película de ficción – ¡Nico, Nico! –le llamo con euforia.
  • Cristy, pensé que te habías ido ya –dijo Nicolas sorprendido.
  • Ve… Venía a de…decirte ¿te quieres venir con nosotros? Mi familia esta conforme –acabo diciendo después de unas pausas a causa del cansancio de tantas carreras.
  • No, te lo agradezco de corazón, pero es tu familia, hace muchísimo que no os veis, ni estáis tan bien como ahora, es un día para vosotros solos, no para que un extraño se entrometa por el medio.
  • ¡No eres un extraño, eres mi amigo! –defendió Cristy.
  • Para ti soy tu amigo, pero para ellos soy un extraño, sacado de un centro de drogo pendencia, no se sentirían cómodos, y yo tampoco.
  • Pero la mayoría se van, solo quedáis cuatro contados, ¿qué vas hacer aquí? –se preocupaba Cristy.
  • No te preocupes por mí –le dijo Nico, agarrándole fuerte la mano, con una sonrisa, pero al mismo tiempo con tristeza en sus ojos –ya encontraré, algo que hacer… para empezar, ver una peli de tiros –dijo lo último riendo –no, en serio, seguramente, iré a dar una vuelta con el personal, en muchas otras ocasiones lo hemos hecho…
  • ¿Estas seguro que no quieres venir? –insistió una vez mas Cristy.
  • Estoy convencido –le volvió a decir Nico –tu ves, y pásatelo lo mejor que puedas, ya me contarás ¿eh? –le dijo lo último con una sonrisa picara.
  • ¡Pos claro que sí! –dijo su amiga, con una mirada picara también.
  • ¿No viene tu amigo? –pregunto Jessica, sorprendida, viendo como Cristy volvía sola.
  • No, no prefiere no venir –dijo Cristy. Así fue como los cinco miembros de esa familia, marcharon de aquel centro…

Eran las ocho de la tarde, cuando Cristy, entro en el comedor, fue directa a Nico. Este estaba cenando, quedo perplejo a ver esa chica que era su amiga incapaz de dar una cucharada más: su pelo ya no estaba liloso, largo, sino, corto y rubio como el oro. Sus piercings de la ceja y el labio, habías desaparecido, incluso su ropa había cambiado, esa ropa estrecha, que llevaba al salir ya no estaba sino un chándal bien ancho, se acercaba con sus manos metidas en los bolsillos del pantalón.
  • Ya he vuelto Nico –le saludo la joven acercándose a él.
  • ¿Cristy? ¿eres tú? –pregunto Nico confundido, con su cuchara en sus manos.
  • Pos claro tontorrón ¿Quién quieres que sea? –pregunto Cristy con ironía.
  • ¡Peazo cambio! –no pudo decir mas Nico, mirándola de arriba, abajo.
  • ¡Esta es la verdadera Cristy, lo que vistes antes, solo era una actriz, representando un papel! –le confirmó la joven – ¡ni el tatuaje ya esta! –le mostró rápidamente su brazo izquierdo con felicidad.
  • ¡Pues me gusta muchísimo más esta Cristy! –le confirmó con alegría Nico, dándole un beso en la mejilla.
  • Gracias –dijo Cristy –voy a buscar un yogurt, enseguida vuelvo –dijo levantándose, acercándose a Rosy –Rosy, ¿puedo comerme un yogurt?
  • Ei hola Cristy ¡que guapa estas! ¡te queda muy bien ese corte y ese color! –le informó Rosy con felicidad, entregándole el yogurt azucarado, en las manos.
  • Esto que ves ahora, es mi color y estilo de toda la vida, la Cristy que llego, estaba de pasada –dijo Cristy, observando como Rosy le indicaba que esa Cristy era mucho mejor –ya estoy aquí, y dime ¿tú que has hecho? –preguntó, abriendo ese lácteo, sentada a su lado.
  • Pos nada en especial, he visto dos pelis de acción, he comido, verdura con espinacas, tortilla de patata y un helado, hacía las cuatro y media me he ido con Alan, el conserje, a dar una vuelta, por las ramblas –explico Nico, sin mucho entusiasmo –¿y tu? ¿Dónde as ido con tu familia?
  • E ido a la peluquería a que me volvieran mi pelo natural, ya puestos, me dado un corte, nos hemos ido de compras, me comprado un montón de ropa ancha, de mi estilo, y bambas como calzado, he dejado las bolsas arriba. Nos hemos ido a un Mac Donald a comer, después, a sacarme el piercing, y el tatuaje, y para acabar al cine a ver una pelí de acción –dijo toda ilusionada, mientras recordada, entre cucharada y cucharada de su yogurt.
  • ¿As disfrutado? –quiso saber Nico.
  • Mucho, mucho –fue la respuesta de Cristy.
  • ¡Yo que me alegro muchísimo por ti! –acabo diciendo Nico, con una amplia sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las novelas largas de Vanesa Ruiz García.... Segunda parte.......

4.- Robi: Historia de un joven con discapacidad Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Cap...