viernes, 10 de febrero de 2012

Cristy; capítulo 23 -2

  • Todo va ir bien –le susurro Mery.
  • ¡Venga subid, no tengo todo el día! –gruño la conductora, echándoles una mirada asesina. Cristy no podía creerlo, ni el físico ni el carácter le habían cambiado. Las puertas se cerraron tras ellas, ambas empezaron a caminar por ese pasillo en busca de algún asiento libre Mery caminaba delante de Cristy, para así de alguna forma protegerla. Cristy miraba hacía todos lados, en el que lo único que observaba a chicos y chicas que no dejaban de mirarla, no precisamente amistosamente. Con ese hecho a Cristy le recordó ese primer día que al igual, que ese momento todos y todas la miraban con mala cara, sin permitirle un asiento disponible, a causa que era nueva, pero ella sabía bien, que esta vez el motivo era muy distinto… demasiado….
  • Cristy aquí en última fila hay dos asientos disponibles –le tuvo que repetir Mery, ya que con la primera vez no la sintió. Casualmente ambas se sentaron en los asientos del fondo, Cristy pegado a la ventana justo como aquel primer día que se sentía tan sola y desorientada, y para disimularlo se conecto a su mp3 en ese trayecto. Pero había algo en ese día de aquel comienzo de curso… no estaba sola, tenía a Mery a su lado y no la iba a dejar.

Después de tanto tiempo volvía a tener ante sus ojos ese gran edificio, que era su instituto. Estaba paralizada, allí parada, sin dejar de observarlo, notando como por un lado, sus compañeros he compañeras, la adelantaban entrando dentro, y por otro extremo, sentía como las puertas del autocar se cerraban, sintió como alguien le cogió fuertemente la mano, desvió la mirada del centro mirando fijamente a Mery que la sonreía notando como su mano la apretaba con fuerza. Solo basto una mirada, para entenderse las dos chicas, indicándose que ya era hora de entrar. En la gran puerta de la entrada Cristy se fijo, que allí la esperaban la directora Turner.
  • Bienvenida de nuevo señorita Walter ¿Cómo se encuentra? –Quiso saber la directora Turner con una sonrisa.
  • Mucho mejor gracias directora –agradeció Cristy.
  • Me alegra mucho sentir eso –contesto amablemente –le acompañare a su nueva clase.
  • Cristy, que te vaya muy bien, nos vemos después –le transmitió Mery dándole un fuerte abrazo –tu tranquila, que seguro que todo irá genial –le murmuro en el oído. Cristy afirmó con la cabeza dedicando una sonrisa a su amiga sin mucho convencimiento, de esas palabras. Nerviosa siguió a su superiora asta la clase indicada….
Eran las once de la mañana cuando las dos chicas se encontraron en el pasillo, al lado de las taquillas.
  • Que Cristy, ¿como ha ido la primera parte de la mañana? –pregunto Mery corriendo hacia ella.
  • ¡ei hola Mery! –exclamo contenta Cristy, cerrando su taquilla –ha ido muy bien tal como me dijiste, si que es verdad que al principio todo el mundo me miraba como algo raro, pero después ya todo era como antes.
  • ¡Que bien! ¡Me alegro muchísimo por ti Cristy! –exclamó con felicidad Mery. Cristy le sonrió.
  • Ostras, hay viene el profesor de física ¡que vergüenza! –exclamo tapándose la cara con alguno de sus libros que tenía en sus manos.
  • Tranquila Cristy, discúlpate tal como as hecho con todo nosotros, seguro que él también te perdona –le aconsejo Mery dulcemente.
  • ¿Crees que me perdonará? –quiso saber Cristy.
  • Estoy segura que si, es un hombre muy comprensivo –le confirmo Mery con una sonrisa.
  • Buenos días chicas –saludo ese mismo profesor sin dejar de caminar. Cristy miró por unos momentos a Mery, que le dedico una afirmación de cabeza, sin borrar su sonrisa.
  • ¡Espere profesor! –exclamó Cristy rápidamente, corriendo tras él viendo como este se había detenido mirándola, mientras Mery, fue tras de Cristy.
  • Dígame señorita Walter –dijo el profesor mirándola con simpatía.
  • Quiero pedirle disculpas por todo lo que le dije aquel día del examen, usted tenía razón quería copiar de Mery, pero no fue culpa suya ¿eh? Ella se negaba rotundamente, y yo insistía, siento haberle insultado, no debí hacerlo nunca, estoy muy arrepentida de verdad señor lo siento muchísimo –se disculpaba Cristy con nerviosismo.
  • Se lo dice de corazón señor no lo digo por defenderla ya que es mi amiga… –le explico Mery –ha cambiado de actitud de verdad, vuelve a ser la misma Cristy de siempre.
El profesor miro un momento a las dos chicas, después de aclararse la garganta, prosiguió, mostrando una sonrisa:
  • Acepto sus disculpas señorita Walter, los profesores ya me informaron que usted cayo en el mundo de las drogas, eso explica ese carácter tan violento que demostraba –les hizo saber el profesor de física –señorita no hace falta que se tema tanto, por esta disculpa la señorita Walter ya a demostrado que a cambiado, seguro que eso a sido gracias al centro en el que a estado para recuperarse, tengo que decirle, que han hecho, un gran y buen trabajo –les dijo amablemente.
  • ¡¡Gracias profesor!! –agradecieron Cristy y Mery a coro con alegría.
  • No hace falta que me agradezcan nada jóvenes, solo recordarle una cosa Cristy… –dijo el profesor pensativo
  • Dígame… -dijo Cristy algo angustiada.
  • Tiene una gran fortaleza y corazón, tiene gente a su lado, que la quieren muchísimo, dando la vida y más por usted… -dijo la ultima frase mirando a Mery –no deje que unos cuantos dólares superen ese cariño, porque el amor es mucho mas valioso que el dinero, recuerde que el dinero puede ayudar, pero jamás substituirá el cariño y el amor de los seres que nos rodean, si perdemos eso, lo perdemos todo, mucho mas que quedándonos pobres sin un solo centavo –le explico pausadamente, mirándola a los ojos –si alguna vez vuelve a dudar, piense en toda la experiencia que a pasado, quien la apoyado, quien la atormentado, y después déjese guiar por su corazón, si así lo hace, le aseguro que hará lo correcto.
  • ¡Lo se y lo haré muchísimas gracias profesor! –agradeció Cristy, que miraba fijamente a su profesor, maravillada y emocionada, al igual que Mery, por todas esas palabras escuchadas por su profesor de física.

A las once y media, las dos chicas entraron cada una en sus respectivas clases, ha continuar durante dos horas mas las asignaturas pendientes. Cristy a pesar que iba bastante perdida, gracias a sus compañeros he compañeras que le fueron de gran ayuda, no tardo en ponerse al día, y lo que no les daba tiempo estaba segura que Mery la ayudaría, y ella le prestaría su mejor atención como hace tiempo que no se la mostraba. A la una y media el timbre de salida sonó, todos los estudiantes, recogieron rápidamente. Cristy también lo hizo y fue en busca de Mery, que ya se acercaba a su clase, cuando ella salió. Juntas caminaron, charlando alegremente, a través del pasillo, cuando Mery paró en seco con los ojos como platos.
    • ¿Que ocurre Mery? –preguntó Cristy preocupada, situándose delante de su amiga, mirándola fijamente.
    • La pandilla… la pandilla de las tres B están allí –le preparó Mery – ¡oh no!... ¡vienen para acá! –dijo preocupada. Cristy se puso delante de ella, protegiéndola.
    • Hombre, mirar chicas si es Cristy –dijo Bibi mirando con una amplia sonrisa con cierta malicia, al igual que sus compañeras.
    • Si, es ella, parece que se ha vuelto ajuntar con empollona huérfana –dijo Barbie, haciendo pucheros.
    • ¡Oh Cristy! ¡que bajo as vuelto a caer! –hizo saber Bilma haciendo que le daba gran pena.
    • ¡No os metáis con Mery os juro que os parto la cara! –les amenazo Cristy muy seriamente, mientras que a los alrededores un montón de alumnos y alumnas, se acercaron para observar ese barullo que se estaba formando.
    • Cristy, no vale la pena, déjalo, vayámonos de aquí –le dijo Mery preocupada, cogiendo sus libros de clase, aguatándolos con fuerza en su pecho –Jessica nos espera para comer.
    • Sí corre Cristy… corre con tu mamaita no sea que se enfade porque su bebe tarda –dijo Bibi en burla. Cristy cada vez estaba mas rabiosa y inconscientemente preparaba su puño, para contraatacar.
    • ¡Cristy no lo hagas, es lo que quieren que explotes y te metas en un lió, por favor déjalo, no quiero que te hagan daño! –le suplico Mery cogiéndola del brazo con fuerza. El puño rabioso de la joven, se fue relajando, en el que acabo diciendo:
    • Tienes razón no vale la pena –dijo Cristy sin dejar de echar a la pandilla, una mirada de puro odio –volvamos a casa –dijo dándose la vuelta
    • Mirar chicas, que cobarde se ha vuelto, aparte que va con un simple chándal y pintada nada de nada, que mal esta, no como cuando vino a la Nave, que desmejorada se a vuelto –dio su opinión Lilian.
    • Eso lo arreglo yo pronto –dijo Bibi –ei Cristy, tal vez necesitas esto para darte cuenta que vas por mal camino –dijo sacándose un billete de cien dólares como si nada, viendo como Cristy se lo quedaba mirando –¿que Cristy? ¿lo quieres verdad? –pregunto. Cristy sonrió.
    • No, me engañasteis una vez sí, pero dos ya no, no soy tan y tan imbécil, alguien aquí me ha enseñado que la amistad y la familia, son mucho más valiosas que unos dólares, aunque eso me hagan rico –justamente después, se volvió a dar la vuelta –vayámonos Mery
  • ¡no podrás escapar de esto! –exclamó rabiosa Bibi, ya que esta no le hacía ni el mas mínimo caso, sacándose del otro bolsillo, una diminuta bolsa aritmética con droga, mostrándosela.
  • De verdad creías que con droga me convencerías, pues estabas muy equivocada, por culpa de esa mierda, hice mucho daño a los seres que mas quiero, y repito, no voy a ser tan imbécil de volver a caer en ese mundo, en el que ni siquiera sabes quien eres –dijo Cristy con total tranquilidad, después marcho con Mery, dejando a Bibi con la bolsa de droga en sus manos, sus tres fieles compañeras, un montón de espectadores.
  • Ejem, ejem, señorita Bibi y compañía ¿me pueden dar esa bolsa, que tiene en sus manos? –preguntó, una voz conocida detrás de ellas, haciendo que sus espectadores, empezaran a expandirse cada uno, hacía su lugar correspondiente, dejando a la pandilla y su superior a solas.
  • Directora… esto no es lo que parece –empezó a decir Bibi con nerviosismo, poniéndose cara ella, al igual que Barbie, Bilma y Lilian, todas con una sonrisa forzada.
  • No me engañen, háganme ese favor –dijo la directora muy seriamente, de brazos cruzados, mirando a las cuatro chicas –he escuchado toda la conversación que han tenido con la señorita Walter, así que no tienen escapatoria, mientras viene la policía vayamos a mi despacho, tendremos una severa charla.
  • ¿La policía? –exclamaron las cuatro chicas sobresaltadas, mirándose unas a otras.
  • Claro, un asunto de drogas, el caso va a la policía, no se piensen que con una pequeña multa bastara, no será pequeña no, eso si no las meten en el calabozo alguna noche –les advirtió la directora muy seriamente, obligándolas a caminar a su despacho, notando sus rostros atemorizados.

Después de mas de setenta dos horas, Bibi, Barbie, Bilma y Lilian, las cuatro miembros de las tres B, entraban en la Nave, cansadas, exhaustas y con aire muy decaído. Allí sentado en el sofá, con su barriga al aire, y sus grandes piernas con sus botas puestas sobre la mesa, se encontraba Veneno, tomándose una lata de cerveza, mientras que observaba la televisión.
  • ¡oh mis niñas! ¿Dónde os habéis metido? Estaba preocupado por vosotras –dijo levantándose rápidamente de su asiento, sobando a las cuatro chicas.
  • ¿De donde venimos? ¿quieres saberlo? ¡de la cárcel! ¡de allí venimos! Nuestra familia quisieron pagar fianza, pero no las dejaron, nos trataron como adultas que somos, ¡y nos han tratado fatal! ¡fatal! –explico con rabia Bibi.
  • ¿de la cárcel? ¿pero que a pasado? –pregunto Veneno preocupado.
  • ¡Cristy es lo que a pasado! –dijo con rabia Bibi, explicándole toda la historia con todo detalle, con ayuda de sus tres compañeras y con una frase final por parte de las cuatro << ¡queremos venganza y ya tenemos todo pensado!>> con una sonrisa bien maliciosa.

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