lunes, 6 de febrero de 2012

Cristy; capítulo 19-2

  • Venga, anímate, es fácil, yo te enseñaré –dijo el joven, animándola para que le siguiera.
  • Uiiiii esta muy fría –expreso Cristy entrando poco a poco en el agua, notando como un escalofrío le recorría todo el cuerpo.
  • ¿Qué esperabas? ¡Es agua de playa! –dijo Nico entre risas, viendo como Cristy entro del todo nadando alegremente – ¿qué? ¿te vienes conmigo?
  • No, no, no, mejor ve tu solo, irás mejor, y será mas seguro –dijo Cristy.
  • ¡Venga! No pasara nada, confía en mí –dijo Nico ofreciéndole una de sus manos.
  • ¿Estas seguro que no me ahogaré? –pregunto Cristy con temor, ofreciéndole su mano.
  • ¡Pues claro que estoy seguro! soy malo, pero tampoco tanto para matar a una amiga –dijo Nico empezando andar, mas a lo hondo, asta que sus pies no llegaban a tierra.
  • ¡Ai socorro! –exclamó Cristy cogiéndose con fuerza al brazo de Nico.
  • Tranquila, no tengas miedo, no pasa nada, flotas –le tranquilizó Nico, mientras se ponía unas gafas de buzo –ten ponte esas gafas y con este tubo tendrás airé para un buen rato, bajo agua –le explico. Cristy le obedeció, no muy convencida –muy bien ¿preparada? –pregunto, viendo que esta no sabía que decir. Le cogió la mano –a la de tres… una… dos… y tres –acabo de contar, sumergiéndose los dos. Nico empezó a nadar, hasta lo mas profundo, sin soltar la mano de Cristy. Miró a su compañera, permanecía con los ojos cerrados con fuerza –agre los ojos –le indico saliendo a causa del aire soltado pequeñas burbujitas. Cristy obedeció muy lentamente, notando como algo, le rozaba su brazo. A causa del susto se abrazó a Nico –tranquila, solo es un pez.

Cristy miró a su alrededor, un montón de peces nadando felizmente. Algunos de ellos se escondieron asustados, al ver a los dos visitantes.
  • ¿Si viene algún tigurón? –pregunto atemorizada Cristy.
  • Tranquila, aquí no hay animales tan salgajes –dijo sin poder evitar reírse Nico –vamos a explorar –sin esperar respuesta, se sumergió más adentro.

De repente un jardín marino, se abrió paso ante los ojos, de Cristy: rocas, algas, otras clases de plantas. También animales como cangrejos, dentro de sus latas, estrellas de mar, toda clase de peces, correteaban por allí.
  • ¡oh, que gonito! –expreso Cristy con alegría, por primera vez, parecía que había olvidado el miedo.
  • ¿A que si? Sagia que te gustaría –dijo alegremente. Un caballito de Mar se les acercó, con él un banco de esa misma especie más –mira Cristy, ¡es como si nos dieran la giengenida!
  • ¡Oh que simpáticos!
Juntos no tardaron en subir a la superficie para reposar un poco.
  • ¿como lo llevas? –le preguntó Nico al salir al aire libre.
  • Bien, bien ¿y tú?
  • Yo muy bien, ya estoy acostumbrado hacer esto ¿volvemos? –preguntó ofreciéndole nuevamente su mano.
  • ¡Vamos! –dijo Cristy con voz decidida, entregándole su mano, y sumergiéndose con él.
Se volvían a sumergir encontrándose, con ese océano, en el que habitaban en él un montón de animales acuáticos. De repente, Cristy vio algo, muy grande, que se les acercaba.
  • Nico… Nico… -empezó a llamarle asustada.
  • ¿Qué te ocurre Cristy? –preguntó Nico mirando su cara de sobresalto.
  • Mira los animales mas pequeños están huyendo y todo por esa cosa que se acerca… ¡viene a por nosotros! –dijo asustada, cogiéndole del brazo.
  • Es Vicky la Ballena, ¡vayamos a saludarla! –fue la respuesta de Nico.
  • ¿pero qué estas diciendo? ¡es una gallena! ¡nos comerá! –exclamó exaltada dispuesta a huir.
  • ¡Que ga! ¡es mi amiga! ¡gamos a saludarla! –le contradicció Nico.
  • ¿Qué la gallena es tu amiga? –preguntó Cristy sin creer lo que acababa de oír.
  • ¡Sí gamos! –dijo Nico, nadando junto a su gigantesca amiga. Cristy le siguió no muy convencida.
  • Hola Vicky ¿estas bien? –le interrogó Nico, acariciando la piel del animal. Este dio un gemido como en señal de respuesta.
  • ¡Atiza, si parece que te aya contestado! –exclamó Cristy con asombro.
  • Sí, nos entendemos muy gien –dijo Nico.
  • ¿Como es que os conocéis?
  • Desde que estoy aquí en este centro, he guceao por estos mares, y conocí a Vicky y mira… nos hicimos amigos, pero es mi secreto los demás no saben nada, ni conocen a Vicky y agradecería que siguiera así… ¿que amiga? ¿Podemos subir en tu lomo para dar un peseito? –le preguntó el chico, repitiendo la ballena el mismo chasquido – ¡gamos Cristy a dicho que sí!
  • ¿Qué estas diciendo? ¿dar una guelta subida, en este bicho? –preguntó sin creer lo que escuchaba, viendo como Nico subía en la espalda de Vicky.
  • Así es, a menudo lo hacemos, genga suge, no tengas miedo –le dijo Nico, ofreciéndole su mano, para ayudarla. Cristy no salía de su propio asombro, de todas las cosas raras que estaba haciendo aquel día, pero aun y así, le gustaba, y no se lo pensó más a la hora de subir, situándose detrás de Nico aguantándose a su cintura.
  • ¿Es seguro esto?
  • Es mucho más seguro que cualquier otro gehículo –le respondió –amiga, no vallas muy deprisa, que nuestra amiga, no esta acostumbrada –le dijo al oído del animal, esta como si la hubiese entendido la obedeció. Cristy estaba asustada, y se cogía fuertemente a la cintura de su amigo, pero poco a poco, le iba agradando ese extraño viaje, ya sus manos, se iban soltando, a medida que iba mirando ese hermoso viaje – ¡cogete fuerte, que ahora saltará a la superficie para poder respirar! –le advirtió, notando como su amiga se abrazaba fuerte a él, mientras, que la ballena, no tardó en dar ese gran saltó. Cristy, quedo extasiada observando ese cielo azul, tan cerca de ella, alzo sus brazos unos segundos, disfrutando de ese gran espectáculo ¡ella subida en una ballena! tan cerca del cielo a causa del gran salto, que dio su nueva amiga. En pocos segundos volvía a estar bajo el mar, circulando en el lomo de aquel animal. Vicky, les condujo asta un gran espació repleto de perlas blancas –mira Cristy, vamos a cogerlas, así podremos hacer algo con ellas.
La chica no tuvo inconveniente, ayudo a su amigo, mientras aguantaba el tubo con la boca. Todas las perlas, fueron depositadas en los bolsillos del bañador de Nico. Después de ese acto, montados nuevamente de Vicky fueron llevados a la costa.
  • ¿Se puede saber de donde aparecéis vosotros dos? –quiso saber la doctora Guzmán acercándose a ellos, con las manos en la cintura –estábamos todos preocupados buscándoos
  • Nos hemos ido hacer buceo –le respondió Nico.
  • ¿Tu también Cristy? –quiso saber la doctora.
  • Sí, al principio no quería, pero me ha convencido –dijo Cristy felizmente.
  • ¿Y te ha gustado? –fue la siguiente pregunta, por parte de la doctora.
  • ¡Ha sido maravilloso! –exclamó mandándole una sonrisa picara a Nico, mientras sus manos estaban ajuntadas en su espalda. Nicolas le devolvió la misma mirada.
  • Me alegro entonces, pero no os volváis a separar, sin avisar antes ¿de acuerdo?
  • ¡Lo prometemos! –fue la respuesta de los dos amigos. A continuación de esa promesa, ambos se sentaron en la arena, pero antes, Nico cogió de su mochila una especie de hilo, se sentó allí en la arena concentrado haciendo algo. De mientras Cristy, con su pantalón corto puesto, se levanto a pasear, por allí cerca de la orilla, podía notar, en sus pies descalzos, el agua fría que rompía velozmente. Respiraba profundamente el aire puro, eso le hacía sentir, bien…. Caminando, caminado, se encontró con una piedra, que le llamó la atención, era alargada, de colores, si la balanceaba podía sentir como una melodía, y reexpendía un aroma embriagador. La guardo en el bolsillo de su pantalón. Deseaba encontrar a Nico para enseñarle esa piedra, tan extraña, al mismo tiempo tan preciosa…
  • ¡Nico, Nico! –gritaba con alegría, viendo como este, se daba la vuelta escondiendo algo detrás de él -¿Qué escondes ahí? –preguntaba intrigada, intentando observar lo que era.
  • Bueno… te he hecho un regalo… -dijo Nicolas sacando de su escondite, un collar, con las perlas que habían encontrado. No tardó en ponérselo a Cristy –estas preciosa.
  • ¡Oh, muchas gracias, es precioso! –le hizo saber la receptora emocionada, mirando el regalo.
  • ¿Te gusta?
  • Muchísimo, es el mayor regalo que me han hecho nunca –confesó Cristy dándole un fuerte abrazo con emoción –mira lo que encontrado –le dijo, sacándose del bolsillo, la piedra.
  • ¡Ostras, que guapa! –dijo Nico con alegría.
  • Quiero que te la quedes tú.
  • ¿Estas segura? –preguntó cogiendo la piedra.
  • ¡Sí, como símbolo de nuestra amistad! –contestó Cristy convincente.
  • ¡Pues muchísimas gracias, es el regalo mas valioso que he tenido jamás! ¡lo guardaré como un tesoro! –dijo felizmente y los dos, se estremecieron en un fuerte, y cálido abrazo.

Eran las siete de la tarde, cuando llegaron al centro. Para Cristy, había sido el mejor día, de desde que hacía tiempo que no tenía… tiempos que ya no recordaba…
Al entrar vieron amontonada un montón de gente, leyendo el panel de anuncios. Cristy y Nico se acercaron, pudiendo observar que informaba que al día siguiente seria el día para recibir las visitas de sus familiares he amigos.
  • ¡Ostras que bien Cristy, mañana podrás ver a tu familia! –expreso Nico acabando de leer.
  • Lees he hecho mucho daño ¿tu crees que querrán verme? –le preguntó Cristy con la cabeza baja tristemente.
  • Claro que sí, es tu familia, y te quieren, estoy convencido que mañana, aquí estarán deseando verte –le animó Nico. Cristy le transmitió una sonrisa, esperando que su amigo no se equivocara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las novelas largas de Vanesa Ruiz García.... Segunda parte.......

4.- Robi: Historia de un joven con discapacidad Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Cap...