martes, 17 de enero de 2012

Cristy; capítulo 13

Capítulo 13: El accidente

L
a vida de Mery había dado un giro de ciento ochenta grados para mejor, la joven se sentía muy feliz de poder formar parte de esa familia que le mostraba todo su cariño he aprecio. Jessica y George la trataban como una hija he hermana más. Ben para Mery era el padre, que nunca tuvo. Él los ratos que estaba en casa de Jessica, trataba a George y Mery como a sus propios hijos, el cariño que les tenía era superior del que él se podía imaginar. Ben deseaba amar así también a Cristy como a una hija al igual que los otros dos, pero esta no le ponía las cosas fáciles, al contrario, todo era reproches, insultos… si no intentaba más es porque sabía que Ben, la delataría, no podía, no quería volver a prisión lo paso muy mal allí y no deseaba para nada, repetir la experiencia.
Mery tampoco lo tenía nada fácil con ella. Era imposible simplemente el hecho de hablar tranquilamente con Cristy, su receptora se negaba por completo a escuchar, y si tú continuabas con la insistencia, esta empezaba a gritarte y insultarte, mostrando en su escondite, su apreciada navaja.

Era viernes noche, el móvil de Cristy sonó, al ver quien la reclamaba, cogió su aparato, subiendo a la planta de arriba, encerrándose, en su propiedad. Notando toda la tranquilidad que tanto hallaba descolgó el auricular:
  • ¡¡Hola Bibi!!
  • Hola Cristy ¿Cómo estas? –preguntó su receptor.
  • ¿¿Que como estoy?? –repitió Cristy en una exclamación –súper agobiada, desde que esa huérfana esta aquí estoy que me subo por las paredes –dijo mordiéndose el labio –se cree la más superior solo por que la han adoptado, mi madre y hermano están encantadísimos con ella.
  • Si quieres le hacemos alguna putada… que la deje en coma o algo por el estilo… nadie tiene que saber que hemos sido nosotras –le ofreció Bibi.
  • Me encantaría, te lo aseguro, darle un buen escarmiento, para que supiera bien, quien mandaba aquí, pero hay otro contrincante, el novio de mi madre, no puedo putear a nadie, porque sino llamara a la poli, este cumple, no quiero volver a pasar por el infierno que pasé allí dentro, ¡fue horrible! –explico Cristy.
  • Bufffffffff, ya me sabe muy mal, lo mal que lo debes estar pasando…-le dijo Bibi.
  • Sí, es una verdadera tortura te lo aseguro, suerte del alcohol y las drogas, que sino, no se que sería de mi, te lo aseguro –acabo diciendo Cristy.
  • Pues entonces seguro que esto te animara –le animo Bibi.
  • Dime, dime, todo es mucho mejor que estar aquí con esta chusma –le contesto Cristy.
  • Pues el plan entero, no tengo ni idea, lo único que te puedo decir, es que me ha llamado Veneno que tiene un plan para esta noche, uno que me ha asegurado, que nos encantara, que no podemos fallar, ¿que dices? Te apuntas ¿no? –le informo su fiel amiga – ¿no tendrás problemas para salir no?
  • No, no me dejan a mi bola en todo, mientras no amenace ni haga nada a nadie, por lo demás ya se han rendido me dejan a mi rollo –dijo Cristy.
  • Perfecto, pues hemos quedado a las ocho en la nave, para que Veneno nos explique lo que ha pensado.
  • Allí estaré –dijo animada Cristy por la propuesta que le habían dado, no sabía de que se trataba, pero estaba convencida que le fascinaría….

Las ocho de la tarde se acercaba, nuestra protagonista ya estaba vestida con una ropa de lo más provocativa, un maquillaje, que hacía mas ansioso su cuerpo. Bajo las escaleras para ir a la planta de abajo, allí noto un ambiente familiar que ella detestaba cada día que pasaba más. Fue directa a la puerta, cogiendo una chaqueta, sin decir palabra. Los demás presentes, se la quedaron mirando fijamente. Jessica, estaba dispuesta a decir lo que pensaba tras la ropa, y maquillaje que llevaba, pero la mano de Ben en su hombro, le indico que mejor no abrirle boca, dejarla estar, miro por un momento a Mery y George y ellos afirmaron el gesto de su pareja, así que continuo callada, sin mencionar palabra, sentándose en la mesa para cenar sin poder evitar, hacerlo muy lentamente. Esa ignorancia por parte de todos, aun hizo que Cristy se volviera mas frenética, ella quería que su madre, le pidiera explicaciones como siempre que salía, así ella hubiese podido pegarle cuatro gritos como mínimo, así ella descargaría toda esa rabia que le acumulaba, pero no a podido ser así, por culpa de ese tío que la amaba y le guiaba, ya su madre no era la inocente de antes. Empezó a conducir con gran sofocación, aparco por unos segundos a un lado de la carretera, con las manos temblorosas sacó de su jaqueta, un pote de Coca, en el que se metió dos pastillas sin pensarlo dos veces, ayudándose con un poco de güisqui que se paso dos tragos, como si agua fuera, sin inmutarse, para nada de la ardor que le producía. Desde hacía una buena temporada, el agua o los refrescos, habían sido substituidos por todo tipo de alcohol, y siempre que se notaba alterada, unas cuantas pastillas de las que su pandilla le habían enganchado le hacían pasar todas sus penas y calentones de cabeza, le hacían pasar todas las penas del mundo notando que todo era felicidad y bienestar…. El radio caset de su coche, fue encendido con el sonido de máquina a todo volumen, mientras que cuenta quilómetros del vehículo iba aumentando por segundos, a ciento sesenta se encontraba en una carretera que como máximo era noventa. Pero ese hecho ella no le daba ni la más mínima importancia. No se daba cuenta, que su vida estaba en juego….
El timbre de la nave sonó con dos pitidos. La puerta fue abierta por Bilma, que saludo abiertamente a Cristy viendo como esta entraba. Las tres miembros de la pandilla de las B, no estaban solas, estaban bien acompañadas del único macho del grupo, Veneno, este hecho un vistazo a Cristy de arriba abajo, de la joven, con ojos viciosos, y remeliandose los labios con su propia saliva.
  • Estas preciosa, para que echemos otro polvo ahora mismo, ¿qué me dices? –dijo toqueteando el cuerpo de Cristy.
  • No me apetece –le soltó Cristy separándose de él bruscamente, alejándose para el otro lado.
  • Bien, como tú digas –fue la respuesta de Veneno.
  • Veneno, ya esta todo planeado o ¿quieres añadir algo mas? –pregunto Bilma mirándole.
  • No, ya esta todo dicho, ya podemos marchar –dijo el hombre, cogiendo su chaqueta negra de cuero.
  • ¿Lo planeado? ¿Cuál es el plan? –quiso saber Cristy mirando a sus acompañantes.
  • Ya lo veras es una sorpresa, seguro que te encantara –le guiño un ojo Veneno –por cierto, tomad una ración de Coca, para que estéis mas animadas –les ofreció Veneno, sacando cinco bolsitas con la droga dentro del bolsillo de su chaqueta y repartiéndolas junto a un palo plano.
  • Están chafadas ¿Cómo nos la tomaremos? –le intrigo Cristy, sin dejar de observar la bolsa. Sus cuatro compañeros se echaron a reír.
  • Pos nifandolas, por la nariz –le aclaro Veneno, cuando su risa se hubo tranquilizado –observa como lo hacen ellas, enseñarle chicas –les dijo. Cristy se dio la vuelta, viendo a Bibi, Barbie y Bilma, abriendo la bolsa, donde se mantenía aquella sustancia blanca, cogiendo los palos situando la droga sobre de estos, acercaron sus caras, respirando profundamente, llevándose todo ese manto blanco dentro de sus fosas nasales. A las tres, les entro un escalofrió pero al mismo tiempo, una sensación de alegría les llenaba, con una sonrisa en sus caras.
  • ¿Y no duele? –preguntó Cristy preocupada.
  • No que va, hombre, puede que te moleste un poco, porque es tu primera vez, pero ya veras como después el placer será mucho superior –le explicó Veneno, que él también se nifó la sustancia. Cristy tras de un rato de pensarlo, imitó a sus profesores, y con bastante torpeza se metió la coca por la nariz, produciéndole un ataque de tos –perfecto Cristy ¡te felicito! –le trasmitió Veneno con una amplia sonrisa, dándole unas palmadas en la espalda –aquí tienes tu porro preciosa, se, que esto si que te entusiasma, te lo has bien merecido –le ofreció el tabaco al igual que el resto de las chicas –ahora vayámonos ya –acabo diciendo saliendo de la casa junto a sus secuaces.
Los cinco amigos, se subieron en el coche de Veneno. Este conducía, de copiloto estaba Bilma, en el asiento trasero pertenecían Bibi, Barbie y Cristy, hablando entre ellos fumándose sus porros entre risas, mientras que el vehículo circulaba a gran velocidad.
  • ¿A donde vamos Veneno? –quiso saber Bibi.
  • Es una sorpresa, estáis todas muy sexys, seguro que os encantara –les trasmitió Veneno mirando a las cuatro chicas a través del espejo retrovisor de dentro con cara viciosa, y acariciando los muslos de su copiloto –pero eso si que os tendría que decir, es un lugar que no es legal ¡por eso os ordeno que no digáis ni una palabra a nadie! –les ordenó casi con voz amenazante. Las chicas cerraron la cremallera de su boca sin mencionar palabra.
  • ¿Esta muy lejos? –quiso saber Barbie mirando a través del espejo retrovisor, para poder fijar la mirada a su conductor.
  • No, no estamos a punto de llegar, esta entre un callejón de estos, no tardaremos en ver un local de donde le sobresalen luces de colores con la música de máquina a todo meter –les explico su patrón. Dicho y hecho, a los pocos minutos cuando el coche giraba en una curva, pudieron identificar, lo que Veneno, les había dicho. Este aparcó en un campo, y todos juntos salieron del coche, hacía ese nuevo local. Iban a entrar cuando un hombre alto, fuerte, de piel morena, ojos negros, pelo corto, oscuro como la noche les corto el paso. El chico se quedo mirando a las cuatro chicas de arriba abajo y después observo a Veneno a abrazando a Barbie y Bilma, a continuación lanzo un silbido sexy….
  • Joer macho, que suerte tienes, vaya polvazo te vas a echar –acabo diciendo ese segurata.
  • ¿Podemos entrar entonces? –pregunto Veneno.
  • Sí claro que si, sus ropas son inmejorables, mas sensuales imposible –añadió el hombre –mas de uno disfrutará muchísimo esta noche.
  • De estas chicas, el único que disfruta soy yo, al menos que ellas quieran hacer un trío con otro entonces, ellas mandan –le contestó Veneno.
  • Que cabroncete que eres –le dijo el de seguridad con una sonrisa picara, dando codazos al brazo de Veneno –anda entrar.
  • Hay que ser listo en esta vida –dijo Veneno mientras entraba con sus acompañantas.
  • Ese segurata, ¿para qué estaba? –preguntó Bibi intrigada, entre grandes gritos para ser escuchada, delante la fuerte música que se escuchaba.
  • Ese segurata estaba para ver con que ropas venís las chicas, contra mas provocativa y sensuales estéis mas puntos tendréis para que os dejen entrar, y vosotras cuatro estáis para comeros no era para menos que no os haya puesto ninguna pega.
  • Vaya… parece un local que cunde las opositas condiciones de un local normal –hablo Barbie.
  • Sí, veréis este local es de un muy buen colega, hoy es la inauguración, y esta sin papeles en un lugar que no es autorizable que aya, nada publico. Venden todo tipo de droga, porros y bebidas alcohólicas, también hay prostitución, ya veréis como al final os encantara –dijo Veneno con una gran sonrisa –eso si que ni se os ocurra, decirlo a nadie, que sino mi colega tendrá problemas, todos los tendremos –les dijo muy seriamente. Las chicas afirmaron –ya sabia que podía confiar en vosotras –dijo alegremente –tomad un buen porro, para que os animéis –las animó ofreciéndolas el tabaco. Se sintió un pitido, empezando a sonar una música sensual. Los ojos de Veneno, se fueron detrás de tres chicas, rubias, piel morena, delgadas, altas, sus ojos eran entre azules y verdosos. Caminaron directas subiéndose a un podio donde había una larga barra, situada como las de los bomberos cuando tienen una urgencia, empezaron su baile sensual, mientras su estriptis empezaba –oh chicas, buffffff que preciosidades estoy viendo, estas se dejan tocar, hay que aprovechar, ¡enseguida vuelvo! –exclamó con emoción con ojos brillantes yendo tras de ellas, dejando a sus cuatro chicas, allí solas fumándose su porro, de tanto hablaban.
  • ¿Como te encuentras Cristy? –le preguntó Bibi, bailando con ritmo las canciones que sonaban.
  • Muchísimo mejor, me esta encantando todo esto, es fantástico, tengo ganas de bailar y pasarlo bien –dijo Cristy cada segundo mas animada, mientras su cuerpo no dejaba de bailar.
  • Eso es por la droga que te has nifado, sabíamos que acabaría encantándote es la mejor manera para olvidar las penas, y pasarlo genial –le dijo al oído Bibi, para que la escuchara con toda la música a todo volumen que se hacía sentir – ¿queréis unos cubatas? –preguntó a todas, en el que ellas afirmaron. Así que Bibi no tardo en ir a la barra, en pedir lo pedido, aprovechó para ligar con el camarero de piel negra, alto, delgado pero fuerte, pelo negro corto. Vestía unos tejanos –vaqueros. Bibi no tardo, en ponerse mas provocativa. Ambos se sonrían jugueteando entre ellos…. –ya estoy aquí –dijo a los diez minutos con cuatro cubatas en su mano y una sonrisa de oreja a oreja.
  • Se te ve muy feliz –le dijo Barbie.
  • Ya te hemos visto coqueteando con aquel camarero –le dijo Bilma, con una sonrisa picara.
  • Sí, le he dicho alguna cosita, ya me lo he metido en el bote –dijo Bibi toda orgullosa –me ha salido los cubatas gratis así que ya podéis beber a gusto.
  • ¡Eres un genio! –le exclamó Cristy.
  • Gracias, gracias, ya lo sabía –se hecho flores ella misma, dando besos en la distancia – ¿aun no ha vuelto Veneno?
  • No, mírale, allí esta manoseando a esa chica con esa casa babeante que le corresponde –le mostró Cristy.
  • Ya viene –les comunico Barbie observando como se acercaba.
  • ¿Como están mis reinas? –preguntó Veneno, pasando sus brazos sobre los hombros de las tres chicas.
  • As disfrutado con la prostituta esa ¿eh? –pregunto Bibi con mirada picara.
  • ¡Oh si! estaba para comérsela enterita –recordó Veneno –¿que estáis tomando? ¿unos cubatas? Yo también quiero, me voy a pedir uno –dijo, yendo directo a la barra a pedirse su bebida a los pocos minutos ya volvía a estar junto a sus cuatro chicas.
  • Eiiii, hola Veneno –sintieron los cinco amigos. Todos se giraron pudiendo ver a un físico de un hombre, alto, corpulento, pelo rubio, largo, recogido por una cola, tenía una pequeña perilla rubia, llevaba una camisa de tiras en el que se podía contemplar una gigantesca serpiente de cascabel tatuada en el brazo derecho. Su ropa era muy parecida a la que vestía veneno.
  • ¡Ei, Serpiente, que alegría me da de verte! –exclamó ilusionado Veneno dando aquel extraño para las chicas un fuerte abrazo.
  • Veo que estas muy bien acompañado –le transmitió su amigo, dando un vistazo de arriba abajo, a las chicas que tenía frente a él.
  • Si, ellas son mis niñas –dijo Veneno entre una sonora carcajada –chicas él es Serpiente, mi fiel amigo y el dueño de todo este local.
  • Me alegra muchísimo que ayas podido venir, y vosotras chicas también, a diario veo un montón de preciosidades, pero como vosotras ninguna –las piropeo con una mirada viciosa idéntica que la de Veneno –tu si que sabes elegir para disfrutar si….-le exclamo con una carcajada dándole un codazo.
  • Sí, uno que acaba aprendiendo jejeje –dijo Veneno entre risas.
  • Ah, se me olvidaba –dijo Serpiente de repente, metiéndose la mano en el bolsillo de su pantalón –os he traído un regalo –les informó sacándose una bolsa, con algún tipo de droga en su interior –es caballo, la última droga fabricada, había escuchado, que te hace subir al cielo a una velocidad impresionante, la probé, es bien cierto es bestial el placer que te da ¡tenéis que probarlo, os encantara! –les informó Serpiente.
  • Lo haremos de eso que no te quepa duda –le aclaro Veneno con una sonrisa, cogiendo las cinco bolsas que le entregaba Serpiente.
  • ¡Así me gusta, este es el Veneno que conozco! –le respondió dándole una palmada en toda la espalda felizmente –vosotras también tenéis que tomar ¿he Bellezas? Ya veréis como os entusiasmara –dijo guiñando a esas chicas un ojo –ahora si me disculpáis, tengo mucha gente que me reclama, ¡relajaos y disfrutar de la fiesta! –exclamó con euforia alejándose.
  • Bueno chicas, a la salud de la droga del caballo –expresó Veneno, preparándose para tomar aquella droga, al igual que Bibi, Barbie, Bilma y Cristy. A la de tres, los cinco se nifaron esas pastillas, con un gran placer que sintieron la mayoría al apreciar como esta bajaba por sus estómagos. La que menos lo hizo fue Cristy a causa de su poca experiencia pero aun y así le sentó bien, ya apenas tosió.

La noche pasaba más deprisa de lo que se pensaban Cristy y su pandilla. Estos, no podían dejar de saltar, gritar mientras no dejaban de consumir cubata tras cubata. Estriptis masculino y femenino, se empezó a reproducir excitando a su público ansioso. El único macho, se separo de sus cuatro doncellas para divertirse, por su cuenta con la compañía de otras preciosidades. Estas no cogieron celos de ningún tipo, ya que se acercaron ansiosas al estriptis masculino, en el que tres chiquillos, se despelotaban sin vergüenza ninguna, cada vez mas entusiasmados al percibir todas las miradas que le acaparaban. Las horas pasaban sin ningún cambio sin dejar de tomar toda clases de bebidas alcohólicas y drogándose con esa nueva pastilla, que por más que tomaban mejor le sentaban y gritos de euforia salían de sus bocas demostrándolo, dejándose, besar y toquetear por cualquiera.
Las siete de la mañana llegaron, indicando que el local de Serpiente cerraba, la mayoría salían dando gritos de exaltación, subiendo en sus vehículos indicando grandes pitazos entre exclamaciones de euforia sin importarles para nada a quien pudieran despertar. Otros era tan grande la borrachera y la adrogación, que no eran capaces de dar mas de dos pasos en siga saga que ya se detenían a devolver.
Cristy y compañía no fueron menos, ellos se ajuntaban en el primer grupo de exaltados, con sus ropas semi quitadas con ganas de continuar la marcha entre bailoteos y risas fumándose sus incontables porros de esa noche. Con pasos haciendo eses, fueron hacía el coche descapotable de Veneno del cual habían llegado esa noche…
  • Habéis disfrutado eh putitas mías… -dijo Veneno, entre pausas por culpa del hipo que se le reproducía, con la mirada perdida, señalándolas con su dedo, no muy estable a causa del todo lo que se había metido en su cuerpo.
  • Como tu no te fastidia… -le soltó Cristy entre risas –que ya te… hemos visto… haciendo un trío con dos prostitutas –informó con la voz picara entrecortada por el hipo.
  • Sí, si es cierto… menuda mamada me han echado entre las dos… y las dos juntas… a sido fantástico ¡ohhhh! –se expreso Veneno con excitación con los ojos cerrados poniéndose cómodo en el asiento del conductor de su coche, entre esas sanglotadas que le llegaban sin aviso… -¿quien se viene de copiloto a mi vera? –preguntó con una voz de lo más provocativa, mirando a las cuatro mujeres que tenía frente a sus ojos, con la palma de su mano dando golpecitos al sillín del copiloto con su cuerpo algo agachado.
  • Yo, yo misma –dijo Cristy con una sonrisa, sentándose en su asiento, de mientras sus compañeras se sentaban atrás. Pertenecía mostrando su sujetador, sin ningún tipo de pudor. El coche se puso en marcha, al mismo tiempo que la radio se encendía a todo volumen con un sonido de rock, las cuatro ventanillas fueron abiertas. El coche empezó su trayecto. El cuenta quilómetros marcaba 210, una velocidad muy superior a la que estaba autorizada, pero eso a esos personajes, no les importaba en absoluto continuaban a las mismas, formando derrapes y rallys impresionantes, de un lado al otro de la carretera, entre grandes carcajadas y aros de humo… era mucho la droga y el alcohol que les adueñaban para darse cuenta de la situación. Entre una cosa he otra, cuando se dieron cuenta ya tenían encima un gran precipicio, con lo que no tardaron en caer, produciendo un grito sonoro, por parte de los cinco habitantes.

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