lunes, 9 de enero de 2012

Cristy; Capítulo 11-2

  • Seguro que concede tus ordenes, estoy seguro que esta al corriente de todo, y como asta ahora, continuara protegiéndola y cuidándola haciendo que algún día se de cuenta de en la mala vida, que se había metido –le animo Ben dándole un beso en la frente. Jessica, le sonrió.
  • Voy a volver a llamar a Mery, haber, si no tiene saldo es por eso que no me dice nada –dijo Jessica preocupada, volviendo a marcar el teléfono pudiendo sentir el tono pero nadie se lo cogía –que extraño… -dijo. Sintieron como la puerta se abría. Jessica y Ben dieron un salto del sofá –¡ya esta aquí! –dijo, levantándose, seguida con su acompañante, que se dirigieron a la entrada en el que pudieron ver como entraba Cristy, con la minifalda, algo mas subida de lo que le correspondía, sin camiseta, con el sujetador puesto. Intentaba no hacer ruido, pero su torpeza al caminar le delataba chocándose, con todos lo muebles de la casa, aparte, la risa entrecortada se apoderaba de ella, sin ningún aviso. Estaba dando vueltas por la entrada entre grandes carcajadas, cuando pudo ver con esfuerzo como su madre y ese desconocido estaban hay enfrente de ella, observándola, Jessica mantenía los brazos cruzados, y una gran seriedad en sus ojos –Cristy ¿Dónde te has metido toda la noche?
  • ¡A ti no te importa mala bruja! Jejej mala bruja jejeje ¿a qué se me a ocurrido buen apodo? Mala bruja, mala bruja –río la joven.
  • Yo no veo la gracia por ningún lado –dijo Jessica con tono firme.
  • Pues yo si –continuaba riendo a carcajada la joven.
  • ¡Tu hermano a estado a punto de morir por tu culpa! –le soltó Jessica.
  • Esa si que es buena, jejejej, es que ya no sabes que inventar para que me sienta culpable –dijo Cristy sin dejar de reír.
  • No me estoy inventando nada y deja de reír que tu hermano esta durmiendo –dijo Jessica – ¿por qué tuviste que dejarle solo?
  • Ahhhh, no me ralles, le di los medicamentos, lo demás ¿qué mas da?
  • ¿Los medicamentos dices? Le distes el medicamento equivocado, mas cantidad de la que realmente necesitaba, eso que te lo deje bien claro, pero me acabas de demostrar lo que no quería creer, que eres una inútil –acabo diciendo Jessica con gran lamentación.
  • Eres una cabrona, ¿como te atreves a decirme eso? –dijo Cristy cada vez mas enfurismada, levantando su gran mano, haciendo que sonara una gran bofetada en la cara de su madre. La mano de Jessica, se dirigió a su propia cara, del dolor que sintió, mirando fijamente a los ojos de Cristy. Aunque esa madre, no sabía bien lo que le dolía más ese guantazo que le acababan de dar o el ver en que se había convertido su hija.
  • ¡He! ¡No vuelvas a pegar a tu madre! –se entrepuso Ben poniéndose por delante de Jessica, defendiéndola.
  • Tu no eres nadie en esta familia gilipollas, así que no te metas –le soltó Cristy, echándole un escupitajo.
  • No, por el momento no soy nadie en esta familia, pero quiero a tu madre, y quiero a tu hermano, como si ya fuera parte de ella, como les vuelva ver sufrir por tu culpa, aunque sea mínimo, no dudare en delatarte a la policía –le dijo Ben en forma de amenaza, mirándole fijamente a los ojos.
  • Uiiii, que miedo, mira como tiemblo –dijo Cristy con risa burlona.
  • Pues si, tendría que darte, porque soy hombre de palabra, sobretodo cuando seres a los que quiero están en peligro –le informó Ben, haciendo que por primera vez en aquel día Cristy se le borrara la risa de la boca.
  • ¿Donde has pasado la noche Cristy? –preguntó Jessica, intentando contener la pena que le envolvía.
  • Eso que más te da, ya estoy en casa no, pues confórmate –le respondió Cristy, dispuesta a subir.
  • ¿Por qué estas semi desnuda? –preguntó Jessica con esfuerzo –¿te as acostado con alguien?
  • Esa si que es buena –dijo Cristy entre risas – ¿a ti que te importa mi vida privada? ¡¡NADA no te importa nada!! ¡¡me acostare con quien me de la real gana!! ¡Y ni tú ni el pánfilo de tu novio, ni nadie podrá evitarlo! –grito Cristy eufórica, amenazando a su madre, con una mirada que daba autentico miedo.
  • Te desconozco Cristy y si tu padre levantara cabeza y te viera en que te has convertido, volvería otra vez a la tumba, del disgusto que le daría ver a su queridísima hija en lo que es ahora –le dijo Jessica.
  • ¡¡¡¡Calla!!!! ¡¡No hables de papa!! ¡¡no tienes ningún derecho hablar de él!! El día que se marcho, no hiciste absolutamente nada, para que no se fuera, permitiste que se largara, y mira lo que hiciste ¡¡lo mataste!! –exclamó Cristy descontrolada.
  • Eso no es verdad Cristy, papa hubiese marchado de todas las maneras, era su deber, y para él eso era sagrado –se defendió Jessica.
  • ¡¡¡Eso es mentira!!! ¡¡Ni siquiera lo intentaste!! –grito Cristy nerviosa.
  • Tranquila cariño, estas muy nerviosa, cálmate un poco –dijo Jessica nerviosa.
  • ¡¡¡¡¡No me da la gana tranquilizarme!!!!! –grito Cristy alterada. Con sus manos temblorosas saco del bolsillo un poco de droga.
  • Ostras no, eso es Droga ¡¡NO LO HAGAS CRISTY!! –le suplico Jessica viendo como su pequeña, se la iba a tomar.
  • ¡Ni se te ocurra prohibírmelo! –dijo Cristy, mostrándole una navaja, que guardaba en el pantalón.
  • Dios mío Cristy… una navaja… pero de donde… -dijo Jessica, tragando saliva, con los ojos como platos, sin creer lo que estaban viendo.
  • ¿A que es una pasada? –pregunto la joven con una amplia sonrisa –me la a dado un colega, jejej, si el mismo colega que me ha hecho soñar esta noche.
  • Va Cristy dame eso –dijo Jessica nerviosa, dispuesta apoderarse de la navaja.
  • Ni te atrevas, ni que sea acercarte –dijo la joven apretando los dientes, amenazando con la navaja.
  • ¡Cuidado Jessica! –le advirtió Ben poniéndose delante de ella defendiéndola levantando sus brazos, tras la amenaza que tenía delante de sus ojos, apuntándole.
  • ¡Hay que quitársela! –exclamo Jessica nerviosa –se puede hacer daño.
  • Ahora es imposible Jessica, tenemos que dejar que haga lo que quiera –dijo Ben con gran esfuerzo, sin quitar la navaja, que cada vez estaba mas cerca de su cuello.
  • Eh, así me gusta, que sepas quien manda aquí –dijo Cristy con alegría –al final seremos amigos tu y yo.
  • ¡¡No podemos hacer eso, ara daño a alguien!! –protesto Jessica nerviosa.
  • No va servir de nada que intentemos hacerla comprender, esta bebida, drogada, esta en choc, en su propio mundo, asta que no vuelva al de el todos, no servirá de nada nuestras palabras.
  • ¡Bravo! Al final no vas a ser tan idiota, como creía –dijo Cristy empezando a subir las escaleras de espaldas –me voy a mi chavola, pobre de quien me moleste, a que ni se os ocurra llamar a la pasma, que sino, alguien saldrá mal parado –dijo con una risa maliciosa, clavando la mirada a la habitación de George.
  • ¡Ni se te ocurra atacar a George, ya a sufrido mucho por tu culpa! –le defendió Ben.
  • Pues, no me hagáis enfadar –dijo la joven con los ojos como platos sin dejar de subir las escaleras de espaldas, encerrándose en su habitación.

Los ojos de Ben no abandonaron a la joven adolescente, asta que se aseguro que se encerró en su habitación. Justamente después recibió la visita de todo el cuerpo de Jessica que nerviosa hecho a llorar.
  • Jessica ¿te encuentras bien? –pregunto el hombre nervioso he preocupado.
  • ¿Por qué nos hace esto? ¿por qué nos trata así? –pregunto Jessica sin entender nada –¡he criado a un mostró!
  • ¡No Jessica no digas eso! Tu as criado a una chica maravillosa, las únicas culpables aquí, son las chicas con las que se ajuntado, sí, ellas han sido las culpables de la transformación de Cristy –la animo Ben, mirándola a los ojos, limpiándole esas lagrimillas que aun le resbalaban por sus mejillas –pero algo si que tendrías que hacer… es llamar a la policía y denunciar todo lo que os esta haciendo.
  • ¿Que? ¿Llamar a la policía dices? –pregunto Jessica separándose de Ben – ¿que no la has escuchado? ¡Haro daño a George!
  • Ella no es así, si lo a dicho es para asustarnos, pero realmente no será capaz de hacer nada, delante de tantos agentes que van detrás de ella –le explico Ben.
  • No se… yo no lo veo claro… no soy capaz de delatar de esa forma así a mi hija –dijo Jessica, mirando hacia al otro lado, envolviéndose con sus propios brazos –tampoco nos ha hecho nada grave para delatarla a la policía.
  • ¿Qué no os a hecho nada grave? –pregunto Ben sin creérselo –Jessica, ¿te parece poco la agresión que te ha hecho? ¿las amenazas con la navaja que?
  • Ya, pero no creo que sea suficiente –dijo sin atreverse a mirar a los ojos a Ben.
  • Jessica por favor, no le tengas miedo a Cristy, es una chica desorientada, que mas que nunca ahora necesita estar con su madre y tener todo el apoyo posible –le explico Ben mirándola fijamente a los ojos –y lo mejor que puedes hacer por ella es llevarla a la policía y después conseguirle ayuda, ahora no lo entenderá, pero lo acabara haciendo –le explico. Le sonó el móvil, después de una disculpa, se alejo para acudir a la llamada… -lo siento preciosa, tengo que volver a la consulta, hay una urgencia ¿estaréis bien?
  • Supongo que si –dijo clavando la mirada a la habitación de Cristy.
  • Yo tendré todo el rato, el móvil conmigo, júrame que al mínimo problema me llamarás –le dijo Ben.
  • Te lo juro –respondió Jessica dedicándole una sonrisa.
  • Así me gusta, piensa en todo lo que te acabo de decir, Cristy te lo agradecerá –dijo Ben sonriéndole también –después te llamo –le informó. Justamente después marcho.
Jessica, allí se quedo de pie en la escaleras, mirando en la parte de arriba en la segunda planta, algo atemorizada, por los actos de su hija, que continuaba encerrada en su cuarto. Sintió el grito de su hijo que la llamaba << ¡mama!>> ella disfrazo todo su temor, y fue junto a su pequeño.

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