viernes, 6 de mayo de 2011

6 -05 -09

Hoy es un día especial, para mi marido y para mi, hoy hace dos años, que nos conocimos, dos años, que decidimos intentar esta relación, ya asta casados estamos... pero dejarme que os expliqué como fue ese primer encuentro....



Su vuelo de méxico a España, salía  el 4 de mayo de ese mismo año, así, que debería ha ver llegado el 5 de mayo, con esa ilusión, pasé un dia de nervios incontrolados, asta tal punto, que tuve que salir a pasear para así calmarme un poco esa angustia de no saber. Al poco de salir de casa, mi telefono sonó, era la voz de una chica, anunciandome que Emmanuel había llegado a Barcelona, en cuanto pudiera, subiria al bus, que le llevaría a Palamós, mi pueblo. Di un grito de alegría al escucharlo, con ese sentimiento feliz, decidí ir a tomarme una tila, a un bar, esperando su llegada a mi pueblo costero. Sí, no fue mas que una tila, para calmar a mi corazón accelerado, ansiaba para salir del pecho. Pero aun y así, me estaba matando la espera, allí sentada, sin hacer nada... Salí a la calle, ya eran las nueve de la noche, calculaba que en dos horas, Emmanuel Muñiz Alejandro, ya estaría a mi lado.



Esperaba en la parada de bus, notaba como mi corazón bombardeaba con tal fuerza, que me iba a salir del pecho. Vi como llegaba un bus. Debía ser ese ya eran cerca de las 11 de la noche. Pude ser testigo como el bus se vació, y allí me corasón, no se encontraba <<perdona, falta alguien mas por salir>> pregunté <<no, ¿que no ves que ya no queda nadie?>> me contestó el conductor de malas maneras. El telefono me sonó, era Emmanuel, no había logrado subir al ultimo bus, ya tendría que ser a la mañana siguiente.

Me preparaba para ir a trabajar. No eran ni las 8.30, cuando el movil me sonó. ¡Era Emmanuel ya estaba en el hotel! no tardé en poner quinta a mi silla, y correr hacia allá... La recepcionista me entregó una postal de papel, con una muñequita en la portada <<gracias por esperarme>> había escrito en ella. Avisaron a Emmanuel que yo estaba allí. Mi corazón latía con fuerza, sentía que me iba a salir del pecho. Observaba inquieta, nerviosa, en que puerta aparecería. Una de las puertas se abrió, apareció él ¡Emmanuel! tropezo con un escalón, provocando por poco la caida. No pude evitar reirme, eso fue el echo que rompieramos un poco el hielo, pero eran tantos mis nervios, que le entregue mi mano para extrecharla <<hola soy Vanesa>> él se dio media vuelta, hoy se que le impacto la silla, pero no tardo mucho tiempo en darse la vuelta y abrazarme.

Me acompañó a mi trabajo, a la venta del cupón. Mi clientela, la gente le veía raro. Le pedí que se fuera mientras trabajaba, que fuera a descansar, que apenas lo había echo estos ultimos días. Él así lo hizo, pero no tardó en volver con una rosa en sus manos ¡era para mi! La verdad, es que apenaba, no estaba acostumbrada aquello, le pedí que la dejara en el hotel, él en un principió pensó que no me había gustado. Comimos juntos en el restaurante del hotel. Emmanuel provó el gazpacho y la tortilla de patata ( ambos tipicos de España) nos mirabamos sin saber bien que decir... Yo le miraba mexicano, con una melena asta el trasero, con gran musculo, con ese sombrero llamativo tipico de mexico... realmente no era el prototipo de mi principe azul (español, con pelo corto...) realmente no sabía como decirle que no me gustaba...

Esa tarde, no recuerdo que hicimos, creo que paseemos por Palamós (fueron siete días, se me mezclan las actividades jejej) el caso es que Emmanuel me llenó de regalos, y ya conoció un poco mas el pueblo, mis clientes y los borrachos y drogadictos del pueblo. Recuerdo que estaba anocheciendo, cuando le acompañé al hotel. Me dio dos besos, en la mejilla, siguió con otro beso mas cerca de mis labios <<el ultimo>> me dijo en un susurro y me besó los labios. Fue un simple roce labios ¡pero fue lo mas bonito que senti nunca! quedé perpleja y maravillada, no os miento, llegue a casa radiando de felicidad, cantando por todo lo alto, deseando que llegara el día siguiente, para volverle a ver.

Os preguntaréis como es posible que siguiera esta relacion si fisicamente no me llamaba, ¡pero es que fueron los mejores siete dias de mi vida! era (y es) el chico perfecto,  y realmente me enamoró, me enamoré perdidamente, sí, su forma de ser lo hizo con locura. No quería que aquello acabara nunca. Lamenté muxisimo cuando una semana despues volvió a México. Cuatro meses tardemos en volvernos a encontrar ¡los meses mas largos de mi vida!

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